Novak Djokovic está de vuelta. El serbio, después del golpe anímico que supuso para él la derrota ante Carlos Alcaraz en su jardín de Wimblefon, fue capaz en la final de Cicinnnati de remontar un set, un 4-2 en la continuación y una pelota de partido, con 6-5 en la muerte súbita, para sumar su trigésimo noveno Masters 1000. Djokovic es tan grande que ya tiene 1.069 victorias, una más que Rafael Nadal e Ivan Lendl.
Por delante de él sólo restan Jimmy Connors (1.274) y Roger Federer (1.251). SKIP De igual forma, alcanza los 95 títulos como profesional, uno más que Lendl. El tope histórico que dejó Connors con 109 ya no parece inalcanzable. Federer es segundo en ese ranking con 103. Ads by Djokovic prevaleció en Cincinnati, con un tanteo favorable de 5-7. 7-6(7) y 7-6(4), en 3 horas y 49 minutos. Fye la final más larga de la historia en el certamen de Ohio.
El campeón de 23 grandes, a sus 36 años, da un golpe sobre la mesa a una semana de iniciarse el US Open, último grande del curso y donde le vale un triunfo para recuperar el cetro ATP. Ranking tíítulos Era Open Jimm Connors 109 Roger Federer 103 Novak Djokovic 95 Ivan Lendl 94 Rafael Nadal 92 John McEnroe 77 Rod Laver 72 La elasticidad de Alcaraz le permitió realizar un spagat en el sexto juego. No le sirvió para evitar la primera rotura de su rival. Djokovic se adelantaba por 4-2 y servicio.
La estadística del partido reflejaba 10 errores no forzados de Carlitos por sólo cuatro del serbio. El golpe anímico que significó para Nole la derrota en la final de Wimbledon se vio inmediatamente después. A pesar de disfrutar de un marcador favorable, entregó su saque y luego el pupilo de Juan Carlos Ferrero igualó a cuatro con un juego en blanco. Djokovic, casi 16 años mayor que Alcaraz, pedía toallas con hielo en cada uno de los cambios. Había jugado cinco horas y 42 minutos menos para llegar a la final pero la edad no perdona.
El juez de silla le penalizó con un 'warning' por retrasar el servicio. Novak gritaba a su banquillo al grito de gelatina cuando se sentaba con un tanteo favorable de 5-4. Se quejaba tanto de su condición física que tuvo que tomar la palabra Marco Panichi, el preparador físico del campeón de 23 grandes. Hablaba también en castellano Carlos Gómez. "A tu ritmo", le decía el marbellí. El segundo 'break' del tenista de El Palmar le dio la manga inicial.
Fue después de un revés paralelo que acabó con un grito de "vamos". Para destacar el manual de dirección que ofrece Ferrero desde la banda. "Listo y decisión", le repetía 'Juanqui'. Djokovic, que no generaba nada, se marchó a los vestuarios, una táctica que suele utilizar cuando va por detrás en el marcador. El murciano, con bajo porcentaje de primeros servicios durante toda la gira americana de pista dura, estaba por encima del 70 por ciento de efectividad.
Su entrenador le insistía de la importancia del primer juego del segundo set. Cayó favorable al balcánico, que recibía tímidos gritos de apoyo desde la grada. Alcaraz tomó la delantera de nuevo con una tercera rotura. La facilitó su oponente con tres errores no forzados. Los 34 grados no ayudaban a Djokovic, que pidió la presencia del médico del torneo. Carlitos bajó la guardia un momento y, cuando se dio cuenta, el ogro serbio ya había igualado la final. Forzó la muere súbita cuando cedía por 4-2 y la decantó a su favor después de levantar una pelota de título con 6-5.
Fue con una derecha ganadora. Corte en el dedo Alcaraz pagaba su rabía con la nevera y se hizo daño en un dedo de la mano derecha. Necesitó la presencia del fisioterapeuta para vendarse Cinco partidos en Cincinnati y todos a tres sets. A 'Nole' parecía que se le habían ido todos los males. A Djokovic le cambió el semblante. Cada juego al resto era una amenaza para el joven jugador español. Ferrero le pedía tiempo desde la banda para recuperar. "Da igual que te piten un 'warming'", le gritaba.
El serbio rompió el saque de su adversario en el séptimo asalto. Carlitos salvó las cuatro primeras bolas de derrota. Dos con 5-3 y otras tantas con 5-4. No pudo con la cuarta. Es tan ganador que revivió de la nada y empató a cinco. Se sonreía su técnico. La final se iba a decidir en un 'tie break'. El número uno mundial notaba calambres en su mano derecha. Intentaba moverla para mitigarlos. Sucumbió ante un verdugo renacido. Por partidos así, Novak es el mejor de la historia.
JOAN SOLSONA / MARCA