Josh Allen, quarterback de los Bills de Buffalo, se para en las diagonales luego de anotar en un acarreo ante los Rams de Los Ángeles, el jueves 8 de septiembre de 2022, en Inglewood, California. (AP/ASHLEY LANDIS)
Los Bills han perdido suficientes partidos de playoffs para saber que la temporada es larga, y que un triunfo contra los campeones en el partido inaugural podría ser intrascendente en enero.
Aun así, consideran ahora más justificadas sus grandes aspiraciones, tras amargar la fiesta de los ganadores del último Super Bowl. Josh Allen lanzó para 297 yardas y participó en cuatro anotaciones, Von Miller logró dos de las siete capturas de Buffalo ante sus excompañeros, y los Bills dejaron claro que buscan arrebatarles este año el título del Super Bowl a los Rams de Los Ángeles, al vapulearlos el jueves 31-10 en el partido inaugural de la campaña. "Vamos a hacer que el avión que nos lleve de regreso haga dos giros hacia atrás esta noche", dio Miller.
"Vamos a celebrar esta victoria, porque hay que hacerlo. Pero luego tenemos que volver al laboratorio". Gabe Davis, Isaiah McKenzie y Stefon Diggs atraparon envíos de touchdown por los Bills, bicampeones defensores de la División Este de la Conferencia Americana, quienes pusieron en marcha la temporada número 103 de la NFL sobreponiéndose a cuatro pérdidas de balón y escapando con un triunfo holgado del mismo estadio donde los Rams conquistaron el Super Bowl hace casi siete meses.
Allen completó 26 de 31 pases, aunque sufrió dos intercepciones. Aportó también 56 yardas por tierra, incluidas 4 en un acarreo hasta la zona prometida, estirando el balón para que el balón tocara la línea con 13:27 minutos por disputar.
El quarterback estelar se llevó una buena dosis de golpes, pero también repartió algunos. Mostró además un brazo resistente en un duelo en que el ataque de Buffalo, bajo las órdenes de su nuevo coordinador Ken Dorsey, dominó prácticamente a los monarcas de la liga. Matthew Stafford pasó par 240 yardas y una anotación.
Sin embargo, vio interceptados tres de sus envíos en una noche aciaga para los Rams, quienes perdieron un partido inaugural y cayeron por debajo de la marca de .500 por primera vez en la gestión de seis temporadas del entrenador Sean McVay. "Fue una noche muy humillante, en la que pudimos mirarnos al espejo y darnos cuenta de que debemos mejorar", dijo McVay. "No estábamos listos para esto. Y es culpa mía… Hubo muchas decisiones que tomé y que no nos pusieron en la mejor posición para alcanzar el éxito".
AP