La resaca del combate entre Manny Pacquiao y Yordenis Ugas continúa activa. La derrota del filipino sigue siendo muy comentada. No es para menos. Es una leyenda y como tal todo lo que haga trasciende. PacMan enseñó en el ring un bajón de rendimiento evidente comparado con su pelea anterior (julio de 2019 frente a Thurman). Con 42 años parece que el tiempo ha atrapado el filipino.
Pese a ello, tras la pelea Pacquiao no quiso pillarse los dedos sobre su futuro y sigue sin hacerlo. "Mi retirada está un 60-40 a favor de dejarlo", decía. Allí ha sido claro: está sorprendido de su derrota. "En toda mi carrera, Ugas ha sido uno de los oponentes más fáciles. Solo tenía un estilo y debería haberme sido fácil. Has visto cómo me movía en mis peleas. No pude hacerlo. Mis piernas, simplemente, me detuvieron. Lo pensaré porque no puedo creer que uno de mis rivales más fáciles me haya hecho eso", apuntó. En esa misma entrevista, Pacquiao deja caer la fecha de enero de 2022 para una posible revancha.
Para que se diese habría que ver muchos factores. El principal es sí en el contrato de la pelea se estipulaba una revancha. En el caso de que no figurase, quizá para Ugas un pleito contra Errol Spence (le nombró al acabar el combate) sea más rentable.
Por otro lado, PacMan tiene pensado presentarse a las elecciones presidenciales de mayo de 2022 en Filipinas. Si él ha deslizado la fecha de enero es porque cree que le dará tiempo a hacer ambas cosas, pero solo el tiempo dirá si es así. De momento, la leyenda sigue reflexionando. Fuera de temas legales, Ugas parece que se olvidaría de otro nombre si PacMan quiere. "Es una leyenda y un gran boxeador. Es un hombre de honor amado por todos. Si quiere la revancha, se la daría con gusto. Lo sigo admirando y respetando por todo lo que ha hecho dentro y fuera del ring".
AS