Karl-Anthony Towns fue el principal protagonista de la victoria de los Minnesota Timberwolves sobre los Detroit Pistons (111-101), y no sólo por sus 22 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias. El pívot de los Wolves pudo dedicar la primera victoria de la temporada a su madre, que falleció por Covid-19 en el mes de abril.
“Significó mucho. Egoístamente, significó mucho para mí”, comentó el jugador tras el partido, en una emotiva, a la par que dura, comparecencia ante los medios de prensa. “Estoy contento de haber conseguido esto por ella. Le dije que quería dedicarle esta victoria y regalarle el balón, así que estoy feliz de haber sido capaz de cumplir con mi palabra y poder hacerlo”.
Después del encuentro, tal y como prometió, Karl-Anthony Towns se quedó el balón con el que los Wolves consiguieron esa primera victoria y se lo regaló a su padre para que lo colocase junto a su madre en la casa familiar. Jacqueline Cruz-Towns falleció a los 59 años, el 13 de abril de 2020, después de haber luchado contra el virus durante un mes.
“No recuerdo la mayor parte de mis otros partidos y años que he jugado al baloncesto. Para ser sincero por un segundo, no me importan. Sólo me preocupa lo que pase del 13 de abril en adelante”, relató el jugador de la franquicia de Minnesota.
“Podréis verme reír y esas cosas, pero Karl murió el 13 de abril y no va a volver. Estáis hablando conmigo físicamente, pero mi alma fue asesinada un tiempo atrás”. Aun así, Karl-Anthony Towns asegura que está implicado en el equipo y con sus compañeros, sin que su situación personal sea un lastre en el camino de los Wolves durante la temporada 2020-21. “No importa lo mala que sea mi situación o lo jodida que esté mi vida. Voy a estar aquí por estos chicos. Voy a dejarles que me vean sonreír incluso aunque no lo está haciendo por dentro. Se lo debo como líder y como compañero”.
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