Jon Rahm demostró el sábado la explosividad de su golf. Y quizás ello le permita apoderarse de la cima del escalafón mundial. El español edificó una ventaja de cuatro golpes al llegar al hoyo 12 del campo Muirfield Village. Luego, hilvanó cuatro birdies en condiciones de terreno seco, rápido y peligroso, para firmar una tarjeta de 68 golpes, cuatro debajo del par, que le dejó con una delantera de cuatro impactos respecto de Tony Finau y Ryan Palmer.
Rahm podría ascender al primer sitio del mundo, algo que jamás ha conseguido, si se lleva la victoria el domingo y si Rory McIlroy queda por debajo del segundo puesto. El norirlandés se ubica 10 impactos detrás de la punta, luego de una ronda de 72. No fue un mal marcador, en un día en que el promedio en el campo fue de 73,07. Finau brindó ayuda para reducir ese promedio. Su comienzo fue casi tan bueno como el cierre de Rahm.
El golfista de Utah no incurrió en un solo bogey en los primeros nueve hoyos, embocó un putt de 50 pies para birdie y llegó fácilmente al green en el 11, par cinco, para rescatar birdie con dos putts. Así, se colocó en 12 bajo par. Luego, su acumulado desmejoró a 208, ocho debajo del par y a cuatro golpes del primer puesto. El promedio de marcadores para la tercera ronda en el Memorial fue el más alto desde 2012, el último año en que Tiger Woods se impuso aquí. Esa coronación no se repetirá este año. Woods dijo que se sentía mejor, y su juego lo reflejó.
Entregó una tarjeta de 71 golpes, pero está a 14 del primer sitio. Eso fue lo que hizo tan especial la ronda de Rahm. La pelota estuvo rodando en los greens y el español se percató de que ello les ocurriría a todos. Dilapidó sólo un golpe, en el 8, par tres.
AP