En esta foto del domingo 5 de julio de 2020, Buster Posey, de los Gigantes de San Francisco, carga sus bates durante una práctica (AP/JEFF CHIU, ARCHIVO)
Buster Posey, receptor de San Francisco, se convirtió en el pelotero más reciente que decide ausentarse de la campaña abreviada de 2020, por preocupaciones relacionadas con la pandemia de coronavirus. Entre otros jugadores destacados que han tomado la misma decisión figuran David Price, lanzador de los Dodgers, y Ryan Zimmerman, de Washington
El viernes por la noche, los Medias Blancas de Chicago informaron también que su preciado prospecto de pitcheo Michael Kopech no jugará este año. No se reveló el motivo de la decisión. Otros jugadores, como el toletero de Texas, Joey Gallo, y el jardinero de San Diego, Tommy Pham, dieron buenas noticias: Pueden volver al terreno tras haber dado positivo del virus.
A una semana de que comenzó el extraño campamento veraniego de las Grandes Ligas, la reducción de las nóminas parece la única constante. Posey —seis veces elegido al Juego de Estrellas y el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 2012— dijo que su familia consiguió esta semana la adopción de dos mellizas. Ambas nacieron en forma prematura, y el jugador indicó que, tras consultar con su esposa y con un médico, decidió perderse la temporada para privilegiar los intereses de su familia.
“Estas bebés, con lo frágiles que serán durante un mínimo de cuatro meses, hicieron que, al final, la decisión no me resultara tan difícil”, comentó. Torey Lovullo, manager de Arizona, ha desarrollado una estrategia para lidiar con una situación cambiante en medio de la pandemia y el estrés. Varios peloteros de los Diamondbacks han dado positivo de COVID-19, incluido el lanzador venezolano Junior Guerra, el jardinero Kole Calhoun y el joven prospecto Seth Beer. Se ha permitido ya el regreso de los tres.
“Al principio y al final del día decimos: ‘Éste está disponible y éste no lo está'', relató Lovullo. “Así que es como dar una respuesta aburrida”. Pero hacer que todo siga siendo sencillo parecería relevante, en momentos en que las Grandes Ligas continúan avanzando con tiento hacia su campaña regular reducida a 60 juegos, que se inauguraría el 23 de julio.
Los primeros siete días del campamento fueron todo menos tediosos: Varios peloteros dieron positivo de la enfermedad, se demoró la entrega de los resultados de algunas pruebas y comenzaron a surgir los casos de jugadores que preferían mantenerse al margen de la temporada, por motivos personales, familiares o de salud. Otros han optado por jugar, pese a analizar cuidadosamente los riesgos. Alex Cobb, lanzador de Baltimore, tiene un hijo recién nacido, de modo que no estaba seguro de participar.
Tras consultar con su esposa, pediatras y médicos, Cobb se incorporó a unos Orioles en reconstrucción. “Simplemente no hay garantías de que si yo me abstengo de jugar y me quedo en casa no contraeremos esto”, dijo esta semana, con una mascarilla, durante una videoconferencia desde Camden Yards. “Para mí, ésta es una gran oportunidad, especialmente dado que me perdí todo el año pasado. Quiero jugar esta temporada”.
AP