Los jugadores de la NBA empiezan a experimentar las condiciones de aislamiento en las que tendrán que vivir entre cinco y 14 semanas en la sede “burbuja” de Disney World (Orlando), entre dudas sobre si las condiciones de seguridad serán suficientes para protegerles del coronavirus.
Las expediciones de los Orlando Magic, Denver Nuggets, Washington Wizards, Phoenix Suns, Brooklyn Nets y Dallas Mavericks ya se encuentran confinadas en sus habitaciones del complejo deportivo de Disney World, de donde han comenzado a surgir imágenes y alguna crítica sobre la comida que reciben en bandejas, similar a la de los aviones.
“No hay manera de que Bron coma esto”, bromeó en Twitter el base de Los Angeles Clippers Isaiah Thomas, insinuando que LeBron James recibirá un menú de mayor nivel cuando se instale el jueves junto al resto de Los Angeles Lakers. “En realidad la comida es mucho mejor de lo que esperaba”, opinó en cambio Evan Fournier, de los Orlando Magic.
El escolta francés publicó en Instagram un vídeo de su recorrido por su habitación, de tamaño individual y con un pequeño balcón frente a un lago, por el hotel y otras zonas del ESPN’s Wide World of Sports Complex, el área de más de 90 hectáreas de Disney World dedicada al deporte. Con decenas de pistas de basquetbol al aire libre y tres pabellones cubiertos, el complejo hospedará el final de temporada de la NBA hasta mediados de octubre y también el torneo de reanudación de la liga de fútbol norteamericana (MLS), que arranca este miércoles.
Fournier también filmó los ejercicios físicos que está llevando a cabo durante la cuarentena de al menos 48 horas que los jugadores tienen que cumplir en sus habitaciones. Como parte de los protocolos de prevención de contagios, los jugadores son sometidos a pruebas de coronavirus a su llegada al hotel y, si dan negativo, tienen todavía que permanecer aislados hasta obtener el mismo resultado en una segunda prueba practicada con 24 horas de diferencia. En ese momento podrán salir del aislamiento, comer en los restaurantes de los hoteles y comenzar los entrenamientos con sus equipos a partir del jueves.
- “¿Todos seguirán las reglas?” -
En las últimas horas, algunos jugadores, incluidas figuras como Joel Embiid (Philadelphia 76ers), han expresado su desconfianza en el plan de seguridad en Disney World, preparado minuciosamente por la NBA – el manual de protocolos tiene más de 110 páginas – junto a la Asociación de Jugadores, expertos médicos y autoridades locales. “No me gusta la idea”, recalcó Embiid. “Todavía no creo en ella y no creo que sea lo suficientemente segura”.
El pívot camerunés consideró la idea de renunciar pero dijo que finalmente aceptó jugar para no decepcionar a sus compañeros en su intento de conseguir el anillo. “Uno no quiere estar en una situación en la que pones tu vida en riesgo y todas esas cosas solo por el dinero”, afirmó. La estrella de los 76ers desconfía de que los más de 300 jugadores que se concentrarán en Disney World cumplan con todas las restricciones necesarias para salvaguardar la “burbuja”. “Sé que yo voy a hacer lo correcto”, dijo. “Pero no confío en esos otros tipos”.
Damian Lillard, el líder de los Portland Trail Blazers, expresó unos recelos similares la semana pasada. “Mi confianza no es grande”, reconoció el base. “¿Vas a tener 22 equipos llenos de jugadores siguiendo todas las reglas? Cuando tenemos el 100% de libertad, no todo el mundo sigue todas las reglas”.
En las últimas semanas varios jugadores, como Avery Bradley (Los Angeles Lakers), renunciaron a jugar en Orlando (Florida) para permanecer con sus familias durante la pandemia. A su vez, nombres importantes de la NBA, como Bradley Beal (Washington Wizards) o Victor Oladipo (Indiana Pacers), anunciaron su baja con el objetivo de prevenir lesiones, dados los cortos plazos de preparación con los que se cuentan antes de reiniciar el campeonato.
La incertidumbre alrededor del final de temporada de la NBA se ha incrementado en las últimas semanas ante la expansión de la pandemia en Estados Unidos y especialmente en Florida, donde los contagios se dispararon desde la primera semana de junio, cuando había un promedio diario de unos 1.100 casos nuevos, hasta la primera de julio, con unos 8.700 casos.
Estados Unidos es el país con más fallecidos por la COVID-19, con más de 131.000 muertos, y su vicepresidente, Mike Pence, dijo el miércoles que Florida es uno de los tres estados donde la situación es más preocupante.
AFP