Pese a que arrastraba cinco meses sin competir, Tiger Woods rescató los golpes cruciales, incluidos los grandes putts del viernes en el Memorial. Ninguno fue tan destacado como el de siete pies en su último hoyo. Simplemente le evitó la penosa necesidad de marcharse a casa antes de lo previsto… por ahora. Woods erró dos putts de tres pies en el comienzo de la ronda, lo cual le dejó extraviado por un buen rato. No logró colocar un par de tiros en el green desde la maleza y tuvo que cerrar con birdie, birdie y par, a fin de rescatar una ronda de 76 golpes, cuatro por encima del par.
Ello le bastó apenas para pasar el corte, con un acumulado de 147, tres sobre par. Se trata de su peor total tras 36 hoyos en el campo Muirfield Village, donde debutó en el Memorial en 1997. El Memorial, el Masters y el Arnold Palmer Invitational son los únicos torneos que Woods ha jugado al menos 15 veces sin perderse el corte en una sola ocasión. Woods dijo que sintió la espalda un poco rígida mientras calentaba.
Contó que no podía hacer su swing como le hubiera gustado. Así, la mañana cálida y tranquila se convirtió en un tormento para el astro. Pero cuando se le preguntó si las molestias lo marginarían de la actividad del fin de semana, Woods respondió:
“Me gustaría tener la oportunidad de jugar mañana”. Cuando concluyó su ronda, Woods estaba por debajo de la frontera que le permitía pasar el corte. Recibió ayuda de otro par de californianos. Max Homa finalizó con dos bogeys, mientras que Bryson DeChambeau incurrió en un desastroso 10 en el 15, par cinco. Ello elevó el límite para el corte a tres sobre par. Ryan Palmer (68) y Tony Finau (69) comparten el primer sitio, con un acumulado de 135 golpes, nueve bajo par. Un golpe detrás marcha el español Jon Rahm.
AP