El expresidente de la federación internacional de atletismo Lamine Diack (centro) llega al juzgado de París (AP/Thibault Camus)
El juicio en el que se ventilarán denuncias de encubrimientos de dopajes y de cobros sobornos en la cúpula del atletismo arrancó finalmente el lunes en París. A lo largo de seis días, un tribunal parisino sopesará pruebas de que atletas rusos pagaron millones de dólares para ocultar sus presuntos dopajes y poder competir en los Juegos Olímpicos del 2012 en Londres y en otras justas. Documentos confiscados indican que estos deportistas pagaron para que sus casos fuesen demorados si no directamente ignorados, según dijo el presidente del tribunal al presentar un caso con tentáculos que van desde Europa hasta Asia y África.
Lamine Diack, quien fue presidente de la federación internacional de atletismo (conocida por sus siglas en inglés, IAAF) por casi 16 años, es uno de los presuntos receptores de sobornos. Diack, de 87 años, estuvo presente en el juzgado, luciendo un tapabocas blanco. El tribunal descartó un pedido de un abogado de Papa Massata Diack, uno de los hijos de Lamine Diack acusado también de irregularidades, de demorar el juicio porque dos de sus abogados no pudieron asistir al proceso por las restricciones a los viajes asociadas con el coronavirus. El juicio ya había sido aplazado en enero para que se incorporasen nuevas evidencias.
Papa Massata Diack vive en Senegal, donde no rige la orden de arresto emitida por Francia, y no asistió a la vista del lunes. Como presidente de la IAAF, Diack fue una de las figuras más influyentes en el movimiento olímpico en la era en que brillaba Usain Bolt y el deporte florecía. Pero su legado, y la credibilidad de su federación, quedaron en duda cuando renunció en el 2015.
Fue detenido en Francia luego de que investigadores revelasen denuncias de que se presionaba a los atletas para que pagasen para ocultar sus dopajes. Una maratonista rusa dijo que pagó 450.000 euros, buena parte de los cuales fueron devueltos cuando fue suspendida a pesar de haber pagado para comprar el silencio de la federación.
Diack está acusado de corrupción, lavado de dinero y prevaricación. Los fiscales afirman que, directa o indirectamente, solicitó 3,45 millones de euros (3,9 millones de dólares) a atletas sospechosos de haberse dopado para limpiar sus nombres y permitir que siguiesen compitiendo. Se cree que hay unas dos docenas de atletas rusos involucrados.
También se acusa a Diack de haber participado en un pago de 1,5 millones de dólares provenientes de Rusia a ser usados en una campaña electoral en Senegal, su país natal, siempre a cambio de frenar casos de dopaje que afectaban a atletas rusos. Según los fiscales, Diack permitió asimismo que su hijo desfalcase dinero de varios patrocinadores. Entre los enjuiciados figuran un abogado que asesoró a Diack, Habib Cisse, y un médico, Gabriel Dolle, que supervisó los análisis de la IAAF y habría cobrado para ocultar dopajes. Los dos estuvieron presentes.
AP