Tom Brady regaló el mejor golpe del duelo, el que sirvió para hacer olvidar sus otros swings. Tiger Woods atinó siempre en los fairways y cobró algo de revancha ante Phil Mickelson. La gira de la PGA debe volver dentro de dos semanas y tendrá que eclipsar una muy buena exhibición. En el segundo y último duelo de caridad que devolvió el golf en vivo a la televisión, la exhibición protagonizada por Woods resultó igual de entretenida que un torneo de verdad. Woods dejó servido un largo birdie que su compañero de juego, Peyton Manning, ni siquiera tuvo la necesidad de hacer el putt.
Ello aseguró la victoria 1 arriba sobre Mickelson y Brady. Fue el desenlace de “The Match: Champions for Charity”, un duelo que permitió ver el swing de Woods en un club de golf por primera vez en 98 días. La idea fue recaudar 10 millones de dólares o más para los esfuerzos asistenciales contra los efectos de la pandemia de coronavirus. Brindó algo de diversión al público, con la presencia de dos figuras del golf y otro par de la NFL.
Las contribuciones online duplicaron el objetivo. Hecha especialmente para la televisión, fue una exhibición que estuvo a la altura del evento de pago por ver que Woods y Mickelson que emplearon para un duelo con un premio de 9 millones de dólares para el ganador en Las Vegas en noviembre de 2018, y que Mickelson ganó de noche. Ese duelo pareció forzado, poca interacción entre los protagonistas y que acabó transmitiéndose gratis por problemas técnicos.
Con la presencia de dos leyendas de la NFL, este duelo ofreció un entretenido espectáculo a lo largo de los 18 hoyos en el Medalist Golf Club. Woods y Manning tomaron la delantera en el tercer hoyo y lideraron hasta el final, con una ventaja de 3 arriba antes de completar la primera parte del recorrido, con Manning embocando dos birdies.
Brady, cuyos seis títulos del Super Bowl le tienen como el quarterback con más títulos en la historia de la NFL, estuvo en la mira de todos en las redes sociales y hasta de Charles Barkley, uno de los comentaristas de la transmisión. Barkley le ofreció 50.000 dólares de su propio bolsillo en dos ocasiones para donar si Brady alcanzaba el green un hoyo de par 3. Falló.
Dejó la pelota muy desviado a la derecha, lo que hubiera sido como un pase enviado a la tercera hilera de las gradas de un estadio de la NFL.
Pero Brady acabó redimiéndose en el séptimo hoyo de par 5. En su cuarto golpe, y con Barkley fastidiándole sin descanso, el disparo de Brady aterrizó más allá del pin y luego regresó para hundirse en la copa. “Cállate, Chuck”, dijo Brady, cuyo micrófono se desprendió detrás de los pantalones. Woods jugó por primera vez desde el 16 de febrero, cuando quedó último en el campo de Riviera en Los Ángeles. Decidió no jugar en las siguientes cuatro semanas por molestias en la espalda. Poco después, la pandemia paralizó el golf y el resto del deporte mundial.
AP