Kim Sei-young de Corea del Sur observa su golpe de salida en el hoyo 10 durante la primera ronda del Campeonato KLPGA en el Lakewood Country Club en Yangju, Corea del Sur, el jueves 14 de mayo de 2020. (AP/Lee Jin-man)
El canto de los pájaros, la bola que entra en el hoyo y los flashes de los fotógrafos. Esos eran los únicos ruidos que se podían escuchar este jueves en Yangju, en Corea del Sur, donde las golfistas profesionales reanudaron la competición. Sin espectadores, el silencio se impone como una de las principales características de esta era del deporte tras el COVID-19. Igual que las medidas de distanciamiento y el uso de las mascarillas para evitar la propagación del coronavirus.
Las jugadoras deben distanciarse al menos dos metros las unas de las otras. La mascarilla es obligatoria fuera del tiempo de juego, y se aconseja también llevarla puesta durante los partidos. Además, está estrictamente prohibido tocar el 'tee' sin guantes.
El Lakewood Country Club alberga el primer torneo de golf femenino de alto nivel desde febrero, cuando la LPGA estadounidense suspendió su temporada.
A falta de deportes en directo, las televisiones estadounidenses, canadienses y australianas compraron los derechos de difusión del campeonato de Corea del Sur, país de origen de varias de las mejores golfistas mundiales.
Más espectadores que en otros sitios
"Normalmente, tenemos muchos espectadores que vienen, más que en Estados Unidos. Pero estoy satisfecha simplemente de poder jugar", declaró la número seis mundial, Kim Sei-Young. Las 150 jugadoras debían realizar su descanso para comer estando solas en cada mesa, sin sus caddies o su gente cercana. "Todas las golfistas debían mirar la misma dirección" para evitar las conversaciones, explicó el miércoles la número tres mundial, Park Sung-Hyun. Por otra parte, Toda persona que entre en el campo de golf tuvo que tomarse la temperatura.
El campeonato femenino de golf no es el primero en Corea del Sur en reanudarse, ya que las ligas de béisbol y de fútbol, dos deportes muy populares en el país, también recomenzaron la semana precedente, asimismo a puerta cerrada y con medidas de distanciamiento.
Corea del Sur fue uno de los primeros países afectados por la epidemia de coronavirus. Pero, gracias sobre todo a una vasta política de control a las personas potencialmente portadoras del COVID-19, es uno de los países que ha logrado contenerlo mejor.
AFP