Erling Haaland, del Dortmund, festeja luego de anotar el primer gol durante un partido de la Bundesliga ante el Schalke 04 (AP/Martin Meissner)
Erling Haaland anotó el primer tanto en más de dos meses dentro de la Bundesliga y luego celebró: En solitario. Los compañeros del joven de 19 años en el Borussia Dortmund se mantuvieron a una distancia prudente, en cumplimiento de las estrictas medidas de higiene impuestas a raíz de la pandemia de coronavirus que interrumpió la campaña de liga en Alemania antes de que pudiera reanudarse el sábado, en condiciones inusitadas.
El Dortmund apastó 4-0 al Schalke, en lo que fue el primer derbi de la región occidental del Ruhr que se ha disputado sin púbico en la historia. Las indicaciones y los gritos de técnicos y jugadores, lo mismo que los impactos a un balón desinfectado, resonaron en el inmueble desierto.
Se advirtió a los jugadores que refrenaran sus emociones a la hora de conseguir goles. Debían también abstenerse de escupir, darse la mano o abrazarse en un partido al que estuvo atento el resto del mundo del fútbol, a la espera de reanudar todas las ligas que se encuentran paralizadas.
Haaland festejó su primer tanto con un baile más bien discreto, mientras que sus compañeros lo observaban. “Fue difícil”, reconoció el mediocampista Julian Brandt. “Pero así es ahora. Tenemos que apegarnos a las reglas”. Brand fue abastecedor del portugués Raphaël Guerreiro, quien anotó poco antes del intermedio, y de Thorgan Hazard, luego del descanso. Hazard festejó también solo, frente a la grada sur del Westfalenstadion, donde se hubiera colocado normalmente el “Muro Amarillo” conformado por casi 25.000 seguidores fervorosos.
Otro pase de Haaland a Guerreiro permitió que el Dortmund sentenciara la goleada y se acercara a un punto del líder Bayern Munich, que enfrenta este domingo al Union de Berlín. El personal de los equipos, incluidos los jugadores que no alinearon de inicio, debió usar mascarillas. Los suplentes ocuparon sus lugares en el graderío en vez de colocarse en los banquillos, como se acostumbra. Hubo tareas para desinfectar butacas y balones.
Las entrevistas previas al encuentro fueron realizadas con micrófonos colocados en la punta de largos bastones. Los interlocutores se mantuvieron así alejados. “Es algo surrealista”, dijo el director general del Dortmund, Hans Joachim Watzke, en declaraciones a Sky TV.
“He recibido mensajes de todo el mundo en el último par de horas, diciéndome que todos están viéndonos. Y luego salimos a la ciudad y resulta que no pasa nada”.
En otros encuentros sabatinos, Hertha Berlín goleó 3-0 a Hoffenheim, en lo que fue un buen debut del técnico Bruno Labbadia; Friburgo igualó 1-1 ante Leipzig; Paderborn empató sin goles ante el Fortuna de Düsseldorf, y el Wolfsburgo superó 2-1 al Augsburgo, cuyo técnico Heiko Herrlich debió permanecer en un palco como castigo tras violar la cuarentena para comprar dentífrico.
Herrlich volverá sólo después de que se someta a dos pruebas que arrojen negativo de coronavirus. Las celebraciones fueron más bien apagadas. Sólo los jugadores del Hertha parecieron ceder al entusiasmo, ignorando los exhortos del árbitro para alejarse. Fueron los primeros partidos disputados en la liga desde el 11 de marzo. Más tarde, el Eintracht de Fráncfort recibía al Borussia Mönchengladbach.
AP