En su ruta de regreso a la actividad, las ligas deportivas estadounidenses se preparan para un futuro de canchas cerradas al público o estadios poco ocupados, escenarios que, según analistas, es probable que conlleven una pesada carga financiera y podrían conducir a cambios profundos. Aunque todavía no se han ultimado los planes para reanudar la acción, competiciones como la NBA, las Grandes Ligas de béisbol o la liga de hockey sobre hielo (NHL) están estudiando propuestas que incluyen la celebración de partidos en estadios vacíos o con grandes zonas sin espectadores.
El básquetbol y el hockey sobre hielo, que suspendieron los juegos cerca del final de sus respectivas temporadas regulares, es probable que disfruten de una bonanza en los índices de audiencia de la televisión si consiguen reanudar la competición. "La NBA y la NHL estaban a punto de concluir su temporada y de entrar en la postemporada, que es el período más lucrativo para ellos, principalmente debido a los contratos de televisión", apuntó Andrew Zimbalist, profesor de economía en el Smith College de Northampton, Massachusetts.
Pero dado su modelo económico, ¿tienen todos los campeonatos un interés financiero en jugar sin espectadores? De las cuatro grandes ligas, la NHL es la que más tiene que perder en cualquier escenario a puerta cerrada "porque obtienen la mayor parte de sus ingresos de las canchas", dijo Zimbalist. En el caso de ligas más pequeñas, la ecuación podría ser aún más problemática, advierte.
- La MLS en "problemas" -
Según cifras de 2018, la liga de fútbol (MLS) obtiene solo el 11% de sus ingresos de los contratos televisivos, y el resto proviene principalmente de los ingresos en los estadios en forma de entradas, concesiones y publicidad. "La MLS tiene más problemas que nadie porque su contrato de televisión es diminuto, y dependen abrumadoramente de los ingresos de los estadios", dijo Zimbalist.
"Así que definitivamente estarán en grandes problemas". En paralelo, empresas especializadas ya están trabajando para crear soluciones que enmascaren los sectores de asientos vacíos. Para Mark Williams, de la firma de arquitectura HKS, estas restricciones son también una oportunidad para innovar.
"¿Cómo podemos complementar la acción del juego en el campo y no ver un montón de asientos vacíos?" se preguntó, añadiendo que ya ha sido contactado por varios actores importantes en el deporte. Williams señala el estadio SoFi en Los Ángeles, el multimillonario estadio que abrirá sus puertas este año y será el hogar de los Rams y los Chargers, los equipos de la NFL en Los Ángeles.
El estadio futurista está plagado de alta tecnología, incluyendo una pantalla gigante de doble cara que rodea todo el campo. "Tal vez podamos usar esa tecnología para que aunque los asientos estén vacíos, (podamos) conectarnos con los aficionados que están sintonizando el juego electrónicamente", apuntó Williams.
Las innovaciones que se están considerando, señaló, han acelerado una tendencia que ya estaba en marcha: el auge de la tecnología en el deporte y la conquista de grandes audiencias que rara vez van a los juegos. "Antes del coronavirus, hemos sido muy agresivos al tratar de crear un entorno virtual que se equipare a nuestro entorno físico", señaló Williams.
- Menos público -
Mientras el corto plazo apunta a estadios sin espectadores, las ligas y los torneos también tienen la mirada puesta en un futuro en el que se permita a los aficionados volver a los estadios respetando las reglas de distanciamiento físico. Williams cree que probablemente se requerirá de tomas de temperatura en los accesos a las canchas, de la misma manera que los controles de seguridad se convirtieron en norma después de los atentos del 11-S. Una vez dentro, las reglas de distanciamiento significarán que dos de cada tres asientos podrían estar vacíos, auguró.
"¿Tiene sentido económicamente hacer eso? Esa es una gran preocupación", reconoce. Un problema todavía más fundamental puede ser persuadir a los aficionados, muchos de los cuales temen contagiarse, para que consideren la posibilidad de volver a los estadios. Esa renuencia puede ser exacerbada por una menor capacidad de gasto de los seguidores afectados por la crisis económica. Los aficionados solo podrán sentirse totalmente seguros de volver a los estadios cuando esté disponible una vacuna contra el coronavirus.
Así, Williams no descarta la posibilidad de que ciertos estadios o canchas puedan ser reinventados con una perspectiva a largo plazo, con menos asientos y más caros. Otros dudan de que la pandemia provoque cambios duraderos en el aspecto de los estadios deportivos. "No veo que el aspecto general a largo plazo de estos recintos altere sus diseños de manera demasiado significativa", dijo Ryan Sickman, del estudio de arquitectura Gensler, que ha colaborado en la construcción y el diseño de muchos estadios.
"Recomendamos a la gente: planifiquemos para lo peor, pero asegurémonos de no reaccionar de forma exagerada", dijo Sickman. "Como humanos, estamos preparados para juntarnos en grandes reuniones para celebrar, para rezar, para protestar. Tenemos este deseo natural e innato de reunirnos para algo más grande que nosotros mismos. Y eso es lo que es el deporte", explica.
AFP