Un fanático de los Dodgers de Los Ángeles, quien sufrió daño cerebral a raíz de la agresión de la que fue víctima en el aparcamiento del estadio del equipo, decidió demandar a éste por negligencia, anunciaron el viernes sus abogados. La demanda, interpuesta esta semana por Rafael Reyna y su esposa, señala que el club no se cercioró de que el Dodger Stadium contara con medidas adecuadas de seguridad. “No tenemos comentarios” sobre la demanda, dijo el portavoz de los Dodgers, Joe Jareck, en un correo electrónico.
Reyna, de 45 años, fue agredido cuando caminaba hacia su automóvil, poco después de la medianoche del 30 de marzo de 2019. Había visto el juego de 13 innings que los Dodgers ganaron 5-4 a los Diamondbacks de Arizona, de acuerdo con la demanda.
Durante un altercado, recibió golpes en el rostro, según las autoridades. La demanda indica que Reyna estaba al teléfono con su esposa, avisándole que ya iba de regreso a casa, cuando varios atacantes “le propinaron numerosos puñetazos, lo cual ocasionó que colapsara en el asfalto, se golpeara la cabeza y quedara inconsciente”.
Mediante el teléfono, la mujer habría escuchado la agresión. El aparcamiento no contaba con iluminación adecuada ni guardias de seguridad. El personal del inmueble tardó al menos 10 minutos en descubrir a Reyna y aun más tiempo en asegurarse de que recibiera atención médica de urgencia, destaca la demanda, que exige una indemnización no precisada. Reyna sufrió daño cerebral cuando su cabeza impactó el pavimento. Pasó días en un coma inducido.
El denunciante, quien tiene cuatro hijos, afirma que sigue sufriendo secuelas de las lesiones. “Su esposa sabe que a él le quedan meses, si no es que años, de terapia psicológica”, dijo Carl Douglas, abogado de Reyna, en un comunicado.
Entre otras cosas, la demanda refiere que los Dodgers incurrieron en negligencia al reducir su personal de seguridad en 2008 e incluso antes, para ahorrar dinero. Habrían puesto fin al uso de policías uniformados que estaban de permiso.
Asimismo, la demanda señala que incidió en la agresión el hecho de que los Dodgers hayan permitido nuevamente que se vendiera cerveza a los fanáticos en sus asientos, en vez de hacerlo sólo en los establecimientos del estadio. La falta de personal uniformado de seguridad, perteneciente al Departamento de Policía de Los Ángeles, “envalentonó a los agresores en el estadio”, afirma la denuncia.
AP