El fútbol boliviano, cuya economía es de las más endebles en Sudamérica, se declaró en emergencia y decidió un recorte a los salarios en sus plantillas, generando el rechazo de los jugadores a tres semanas de una cuarentena total que vive el país para evitar que se propaguen los contagios del nuevo coronavirus. “Nos reunimos vía online con 28 capitanes, dos por equipo, y de manera unánime se decidió rechazar la medida unilateral tomada por parte de los clubes”, dijo el miércoles la prensa el secretario general de Futbolistas Agremiados de Bolivia, David Paniagua.
En la víspera, el Consejo Superior de la División Profesional y la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) declararon al fútbol del país en “estado de emergencia por salud pública”. También determinaron el descuento de sueldos a los jugadores — de un 50% en marzo y un 25% en abril y mayo — para contrarrestar la crisis económica causada por la falta de ingresos del fútbol profesional debido al confinamiento nacional por el coronavirus, aseguraron en un comunicado.
En el manifiesto además se determina no negociar con el gremio de los futbolistas. La determinación fue tomada tras una reunión de los presidentes de los 14 clubes y la federación.
Paniagua criticó esta decisión, al explicar que los jugadores bolivianos son los que menos ganan en Sudamérica y que una reducción de este tipo es muy severa. La crisis ahoga a clubes como San José, de la región altiplánica de Oruro, el cual debe más de seis meses de sueldo a su plantel. Marcelo Claure, presidente del club Bolívar, uno de los más representativos del país, pidió la unidad de todos los actores del fútbol boliviano ante la crisis.
“Este es el momento de dejar las diferencias al lado ya que esta crisis va a cambiar nuestro deporte para siempre y acá todos tenemos que hacer un gran sacrificio, desde los dirigentes, jugadores, empleados, hinchas para así salir adelante y emerge más fuertes que antes”, escribió Claure en su cuenta de Twitter.
AP