El comisionado de la NBA Adam Silver revisa constantemente los números y proyecciones financieras. Y, al igual que el resto de un mundo que está lidiando con los efectos de la pandemia de coronavirus, sigue sin estar seguro de qué tanto empeorarán las cosas. Silver comentó el sábado que la liga está considerando todas las opciones el mejor y peor escenario y un sinnúmero de ideas mientras trata de lidiar con esta nueva normalidad.
Pero las respuestas definitivas en cualquier aspecto son escasas. “Es muy pronto para saber cuál será el impacto económico”, señaló Silver. “Hemos estado analizando múltiples escenarios diariamente, sino es que cada hora, y seguiremos revisando las consecuencias financieras. Obviamente no es un buen escenario, pero todos, sin importar la industria en la que trabajen, están en el mismo barco”, agregó.
El sábado se cumplió el 10mo día completo sin actividad en la NBA, una suspensión que le ha costado a la liga 75 partidos hasta ahora, una cifra que superará los 100 el miércoles y eventualmente alcanzará los 259 el 15 de abril, el día en que se supone que terminaba la temporada regular. La actividad no se reanudará para esa fecha. Las pérdidas financieras serán enormes y obviamente seguirán aumentando si esta temporada no puede reanudarse o si la próxima se ve afectada.
“Adam es obviamente cauteloso, cautelosamente optimista”, dijo el alero de Cleveland Kevin Love hace unos días. “No sabemos lo que el futuro nos depara, pero la NBA ha pasado por mucho, hemos visto mucho y creo que seremos increíblemente fuertes. Sólo podría tardar un poco”.
Los jugadores que deben recibir su salario el 1 de abril lo tendrán. Si esos jugadores obtendrán su paga del 15 de abril es una interrogante; la liga puede ejercer una cláusula del Acuerdo de Negociación Colectiva que permite que retenga 1,08% del sueldo de cada jugador por cada partido que se pierda en situaciones como una guerra, o en este caso, una pandemia.
La cláusula no se ha ejercido debido a que, de manera oficial, ningún juego se ha cancelado. “Estamos explorando todas las opciones para reanudar nuestra temporada si y cuando es seguro hacerlo”, comentó Silver. “Nada está fuera de la mesa”. Además, hay otras cuestiones que atender.
La NBA que fue la primera liga profesional de Estados Unidos en anunciar que jugaría sin aficionados y la primera en suspender su temporada cuando el pívot Rudy Gobert del Jazz de Utah dio positivo al COVID-19 ha sido una voz importante en torno a tratar de que su enorme base de aficionados tome en serio el distanciamiento social y otras medidas preventivas. La liga ha pedido a los equipos una disponibilidad hasta finales de agosto, un indicio de que esta temporada, si se reanuda, podría alargarse hasta finales del verano.
Hasta ahora, 14 personas de la comunidad de la NBA, incluidos por lo menos 10 jugadores, han dado positivo a la enfermedad COVID-19. Entre esos casos confirmados, siete se dieron a conocer el jueves y Marcus Smart de los Celtics de Boston reveló que está infectado. En la mayoría de las personas, el coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos. En algunos, sobre todo los adultos mayores y personas con enfermedades ya existentes, puede provocar afecciones más graves, como neumonía.;
Hasta el sábado por la mañana, había 19.000 casos confirmados en Estados Unidos y más de 250 muertes registradas. A nivel mundial, había cerca de 300.000 casos con casi 12.000 decesos. El virus estalló primero en China, donde la NBA tiene oficinas y alrededor de 200 empleados.
La sexta temporada de Silver como comisionado de la NBA empezó con la liga involucrándose en un altercado con China. Su mentor y comisionado emérito de la NBA David Stern falleció dos meses después. Kobe Bryant perdió la vida en un accidente de helicóptero menos de un mes después de eso. Ahora está lidiando con la crisis más grande de todas: una pandemia, que afecta y amenaza a cada rincón del planeta. “Ha sido una temporada complicada”, comentó Silver. “Para todos nosotros”.
AP