Rafael Nadal decía que enfrentar a Grigor Dimitrov en la semifinal del Abierto Mexicano de Tenis sería una prueba para saber si estaba cerca de su mejor nivel. Juzgando por el resultado, la aprobó. El español, número dos del mundo y primer sembrado en México, dio cuenta del búlgaro 6-3, 6-2 el sábado para instaurarse en la final de Acapulco por cuarta ocasión en su carrera. “El partido suena que fue cómodo y no ha sido así, son pequeños detalles que marcan la diferencia y así es el tenis”, dijo Nadal. “Ha sido un partido bueno, he ido de menos a más en el torneo y es importante estar en una final luego de un tiempo sin competir”.
Nadal fue monarca en el balneario mexicano en 2005 y en 2013, cuando el torneo se disputa en tierra batida. Desde el cambio a superficie dura no lo había pasado bien, incluyendo una derrota en la final de 2017 y su eliminación en octavos de final el año pasado. Nadal, quien puso su récord en México en 19-2, arribó con dudas sobre su nivel porque no jugaba desde el Abierto de Australia, donde perdió en cuartos con el austríaco Dominic Thiem.
“Da buenas sensaciones estar en una final luego de perder en los cuartos de Australia, es una inyección de moral”, agregó el mallorquín, de 33 años, que ahora tiene marca de 13-1 ante Dimitrov. “Estoy feliz porque le gané a un buen amigo y a uno de los mejores jugadores del mundo”. En Acapulco despachó también a su compatriota Pablo Andújar, al serbio Miomir Kecmanovic y al coreano Soonwoo Kwon sin perder un solo set para avanzar a la final, donde medirá fuerzas con el estadounidense Taylor Fritz, quien remontó para sorprender a su compatriota John Isner.
AP