Otra victoria del Liverpool. Otro paso hacia su primer título de la liga inglesa en 30 años. Y una inusitada campaña invicta. Pero la jornada no fue sencilla. Liverpool remontó para imponerse el lunes 3-2 sobre el West Ham, gracias a goles de Mohamed Salah y Sadio Mané en el segundo tiempo de un encuentro emocionante de la Liga Premier en Anfield. “No sentí nerviosismo alguno en Anfield”, dijo el técnico del Liverpool, Jürgen Klopp.
“No pienso que alguien en el estadio pensara que esto no era posible”. Los Reds, que parecen inalcanzables en la cima de la Premier, empataron el récord de 18 victorias consecutivas en la máxima categoría. Establecieron también una nueva marca de triunfos seguidos en casa, con 21.
Sin embargo, se llevaron un susto ante un club que languidece en la zona de descenso. A los 55 minutos, el español Pablo Fornals dio al West Ham una ventaja sorpresiva de 2-1. Y parecieron en serio riesgo las ambiciones de Liverpool, que podría convertirse apenas en el segundo equipo en terminar invicto una temporada de la Premier _el Arsenal lo consiguió en 2003-2004.
Los locales se desperezaron. Salah marcó a los 68, mediante un disparo que pasó entre los brazos y las piernas del arquero Lukasz Fabianski, frente al graderío conocido como The Kop. Mané le dio la vuelta al resultado a los 81. “Simplemente tratamos de seguir adelante. Ésa es la mentalidad que nos infunde el técnico”, dijo el zaguero de Liverpool, Trent Alexander-Arnold, abastecedor del primero y segundo gol. “Al final, esto dio frutos”.
Merced a su 26to triunfo en 27 cotejos de liga, Liverpool restituyó su delantera de 22 puntos sobre Manchester City. Ahora, los dirigidos por el alemán Klopp requieren tan sólo de cuatro victorias más para asegurar lo que sería su primer campeonato de liga en 30 años. El City parece a punto de ser destronado, y podría perder además su récord de victorias consecutivas en la Premier, el próximo fin de semana. Liverpool, que persigue un 19no título de liga, podría hilvanar su 19no triunfo si se impone el sábado en su visita al Watford.
Pareció que el encuentro sería de rutina para los Reds, cuando el holandés Georginio Wijnaldum se alzó para rematar de cabeza un centro que le prodigó Alexander-Arnold desde la banda derecha. Fue la 11ma asistencia de Alexander-Arnold en la temporada. Pero la mayoría de los hinchas en Anfield quedó en silencio cuando Liverpool recibió su primer tanto como local en casi 11 horas y media dentro de la Premier. Issa Diop se desmarcó para llegar a la cita con un tiro de esquina ejecutado por Robert Snodgrass y enviar el balón pegado al primer poste.
El capitán Jordan Henderson estuvo ausente por lesión, y Liverpool careció de su autoridad habitual en el medio campo. Se mostró además errático en la posesión de la pelota. A los 10 minutos del complemento, Liverpool quedó en desventaja durante un partido por primera vez desde el 2 de noviembre, cuando visitó al Aston Villa. Fornals, quien había ingresado recién como suplente, envió a las redes un centro bajo de Declan Rice. Liverpool estuvo en riesgo de sufrir lo que hubiera sido su primera derrota en 14 meses el 3 de enero del año pasado, cuando cayó por 2-1 en su visita al Man City. Pero Fabianski, habitualmente fiable, le dio un gol envuelto para regalo.
Salah encontró una diagonal retrasada de Andrew Robertson y disparó directo hacia el portero polaco, quien inexplicablemente permitió que el esférico se escurriera hasta rebasar la línea de meta. Lo peor estaba por venir para los Hammers, que de haber conseguido un punto habrían salido de la zona de descenso. Un disparo de larga distancia fue desviado hacia Alexander-Arnold en el área. Su centro elevado dejó a Mané dotado de facilidades para marcar frente al arco. Y el senegalés no perdonó.
AP