El nuevo ministro de Deportes ruso, Oleg Matitsin, nombrado el martes por el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que tiene la intención de reunirse en breve con representantes de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). (EFE)
A falta de seis meses para los Juegos Olímpicos, el atletismo ruso se ha sumergido a la desesperada en una Perestroika (Reconstrucción). De la noche a la mañana, la federación se ha visto privada de acreditación, dirección y financiación estatal por el dopaje. Una figura independiente asumirá las riendas del deporte rey para lograr que los atletas puedan competir como neutrales en Tokio-2020.
"La pena es que sólo ocurriera ahora. Llevamos cuatro años esperando. Sólo espero que lo que se está haciendo ahora de manera urgente traiga resultados positivos y mejore la imagen de los atletas rusos",dijo a Efe María Lasitskene, triple campeona mundial de salto de altura y la voz más crítica con la Federación Rusa de Atletismo (FRA).
El nombramiento del nuevo ministro de Deportes, Oleg Matitsin, había despertado grandes esperanzas entre los atletas, pero nadie esperaba que se atrevería a congelar las actividades de la FRA hasta el 1 de marzo, es decir, hasta después de las elecciones a presidente de la futura federación.
Matitsin se alineó con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), la agencia rusa antidopaje, RUSADA, y con World Athletics (WA), la entidad que concede el estatus de neutralidad a los atletas, al acusar públicamente a la federación de no hacer lo suficiente para combatir el dopaje.
En el marco de la Perestroika, se valora incluso la posibilidad de crear una nueva organización limpia de la mácula del dopaje de Estado a ojos de la comunidad internacional. El candidato que ha salido a la luz para salvar al atletismo ruso es Eduard Bezuglov, el médico de la selección rusa de fútbol, quien cumple el requisito de figura independiente, al tiempo que se trata de un especialista de prestigio.
Los atletas hubieran preferido a uno de los suyos. Alguien como Radión Gataullin, el legendario pertiguista ruso y soviético, que fue elegido recientemente como presidente de la comisión de atletas, pero él rechazó el puesto.
"Ser candidato es fácil, lo difícil es ser presidente. Para ello hay que contar con un equipo de correligionarios, algo muy difícil en los tiempos que estamos viviendo", señaló a Efe. Gataullin cree que era "evidente" que algo tenía que ocurrir, pero elogió "el primer paso" dado por el ministro de Deportes, que sustituyó al criticado Pável Kolobkov. "Veremos qué ocurre ahora. Dar el primer paso es fácil, pero continuar en la dirección adecuada es muy complicado", agregó.
En su opinión, el primer objetivo debe ser convencer a World Athletics de que restablezca el estatus de neutralidad para los atletas rusos, que anuló tras el estallido en noviembre pasado del caso del saltador Danil Lysenko.
"Hay que reconocer que hubo tales infracciones, castigar a los culpables y sólo después podremos aspirar a una revisión de nuestro estatus", explicó. Se mostró pesimista con respecto a la concesión de la neutralidad durante la temporada invernal, pero lo ve posible en primavera si la nueva federación da pasos concretos. "Si nuestros nuevos dirigentes encuentran un lenguaje común con World Athletics, si hay comprensión por ambos lados, entonces será posible. Debemos lograrlo", apuntó.
En cambio, Lasitskene no pierde la esperanza de competir antes, ya que insiste en que "la temporada invernal es muy importante para preparar los Juegos Olímpicos". "No sé cuándo ocurrirá, pero espero que sea pronto. No quiero perderme todo el invierno. Ya me he perdido dos certámenes, el último en Karlsruhe. Los organizadores nos están esperando y yo tengo muchas ganas de competir contra las mejores", dijo.
La saltadora, que ha dominado la especialidad con insultante superioridad desde hace un lustro, insiste en que los anteriores dirigentes federativos -y también implica al antiguo ministro de Deportes- no son de fiar, pero que en Rusia "también hay atletas limpios".
"Hay atletas limpios que quieren ver su bandera en los más alto. Espero que los resultados de las elecciones nos dejen a todos satisfechos. Lo que ha ocurrido estos días me da esperanza de que todo se arreglará", apuntó. Como es habitual en ella, Lasitskene demostró no sólo de palabra, sino con hechos su entusiasmo con la decisión de apartar a los actuales dirigentes de la FRA. Saltó el sábado 2,04 metros, la mejor marca mundial del año, en su debut en Moscú. Un día antes la ucraniana Yaroslava Moguchij había saltado en Karlsruhe, adonde María no fue invitada, 2,02 metros.
Aunque al principio las críticas de Lasitskene fueron un grito en el desierto, ahora la campeona mundial cuenta con el respaldo de muchos de sus compañeros, que han perdido el miedo. "Comparto totalmente su opinión. No podíamos seguir en una situación en la que los atletas eran hundidos por la federación.
El ministro de Deportes ha salido por fin en nuestra defensa", apuntó a Efe Iliá Ivaniuk, bronce en salto de altura en el Mundial de Doha. Con todo, cree que lo más difícil para el atletismo ruso será ahora "recuperar la confianza" del resto del mundo y "demostrar" que los deportistas rusos son de nuevo "limpios".
"Habrá que crear una nueva organización que dirija el atletismo ruso. Los anteriores dirigentes no defendían nuestros intereses, no había diálogo", subrayó. Además de Lasitskene e Ivaniuk, campeones mundiales como Anzhelika Sídorova (pértiga) y Serguéi Shubenkov (110 metros vallas) también esperan competir en Tokio y no terminar sus carreras sin saborear la gloria olímpica tras perderse ya los Juegos de Río.
EFE