El Tottenham rentabilizó la inferioridad numérica del Manchester City tras la expulsión del ucraniano Olexandr Zinchenko y salió vencedor del choque que completó la vigésima quinta jornada de la Premier, un nuevo duelo de banquillos entre el portugués Jose Mourinho y el español Pep Guardiola. La falta de alicientes en la carrera por un liderato más que consolidado para el Liverpool, que ahora es de veintidós puntos respecto al vigente campeón, desempolvó la vieja rivalidad entre Mourinho y Guardiola.
Es ahora una contienda venida a menos. Suavizada por el paso de los años que en su día agitaba cada choque que tuviera a uno de los entrenadores enfrente del otro. Especialmente excitada la situación en España. Cuando Mourinho dirigía al Real Madrid y el Guardiola al Barcelona. Y sobre todo en aquel rallie de clásicos que concentró los partidos de Liga y Liga de Campeones. Nada que ver con aquello. La situación se ha sosegado. Ha pasado tiempo. Y ambos dan muestras de respeto el uno con el otro. Es Guardiola el que acumula más victorias en los cara a cara con Mourinho. Diez triunfos, siete empates y, ahora, seis derrotas. En Inglaterra este fue el séptimo partido. Y el tercer triunfo del portugués. Otros tantos tiene el español.
El otro acabó en empate. Todo se le puso en contra al Manchester City para encajar la sexta derrota de la temporada y alejarse a una distancia sideral del Liverpool. Falló un penalti y se quedó con diez. Y antes desperdició su superioridad sobre el césped. Los jugadores de Guardiola no tuvieron puntería. El City, que hace tiempo concentra sus objetivos en la Liga de Campeones y el enfrentamiento ante el Real Madrid, tuvo el balón y las primeras ocasiones aunque la más clara llegó por una falta dentro del área del marfileño Serge Aurier a Sergio Agüero, que el VAR determinó como penalti.
Lanzó el alemán Ikai Gundogan y detuvo el francés Hugo Lloris, ya asentado en el once de los Spurs tras su larga recuperación. Era el minuto cuarenta. un momento clave.
Poco antes del intermedio. La situación empeoró para el City a la hora de partido, cuando el ucraniano Olexandr Zinchenko, que ya había sido amonestado, vio la segunda tarjeta amarilla y fue expulsado. Con diez, el Tottenham fue superior y en dos zarpazos sentenció el partido. Rompió el equilibrio a la hora de partido cuando un buen pase de Lucas Moura a Steven Bergwijn alcanzó la red después de un buen remate del holandés.
No llegó Ederson al certero tiro de Bergwijn, el joven atacante que estaba en el PSV Eindhoven y que hace poco fue reclutado por Mourinho en el mercado invernal. Bergwijn tiene un sitio por la lesión de Harry Kane. No desaprovechó en su primer disparo a puerta en la Premier. Ocho minutos después, el equipo de Mourinho sentenció el partido.
Comenzó la acción con un pase interior del francés Tanguy Ndombele, que un minuto antes había sustituido a Dele Alli, al coreano Son Heung Min que, por raso y desde la frontal batió a Ederson. Guardiola recurrió a Gabriel Jesús pero el Tottenham se manejó a la perfección con el marcador de su lado hasta sellar la victoria y alcanzar los puestos europeos mientras el City hinca la rodilla en la puja por el título.
EFE