El entrenador de los Pelicans, Alvin Gentry, suspiró aliviado cuando se le hizo la primera pregunta en la conferencia de prensa. Por fin, el estratega podía hablar acerca de un triunfo. Brandon Ingram contribuyó con 34 puntos para que Nueva Orleáns cortara su racha de 13 derrotas consecutivas, al doblegar el miércoles 107-99 a unos diezmados Timberwolves de Minnesota. Jrue Holiday acumuló 18 unidades, mientras que Lonzo Ball añadió 10 tantos, seis rebotes y seis asistencias como suplente por Nueva Orleáns, que una noche antes había caído por 108-101 en casa ante Brooklyn.
“Estábamos cansados, pero creo que simplemente estuvimos dispuestos a jugar con todo para sacar esto”, indicó Gentry. “Hablamos de que debíamos hacer el trabajo pesado. Éramos el equipo más desesperado, no sólo en el partido de esta noche, sino en toda la liga”. Sin Karl-Anthony Towns, su líder en puntos y rebotes, Minnesota sufrió su séptima derrota consecutiva, luego de acertar el 38% de sus disparos de campo. Andrew Wiggins lideró a los Wolves con 27 puntos.
Mientras que los Pelicans debieron viajar, los Timberwolves descansaron. Minnesota no jugaba desde el viernes, cuando cayó como local ante los Clippers de Los Ángeles. Durante el tiempo sin encuentros, el equipo realizó tres prácticas. “Tuvimos cuatro días de descanso y ellos jugaron cuatro partidos consecutivos, pero uno pensaría que la situación era la inversa al mirar el partido”, recalcó Wiggins.
“Ellos jugaron más duro que nosotros. Se apoderaron de más balones perdidos. Jugaron como si desearan más el triunfo”. Pero ante la ausencia de Towns, los Wolves siguieron enfrentando dificultades, sin importar los ajustes que hicieron en su alineación. Y Nueva Orleáns lo aprovechó. “Se siente bien conseguir un triunfo”, dijo Ingram. “No creo que hayamos hablado mucho de la racha. Pienso que simplemente hablamos de mantenernos unidos. Pienso que en los últimos partidos no supimos definir, pero jugamos suficientemente bien a la defensiva para ganar algunos”.
AP