Terrence Crawford derribó tres veces a Egidijus Kavaliauskas antes de noquearlo en el noveno asalto de su combate del sábado, para seguir invicto y defender su título welter. Kavaliauskas jamás había visitado la lona como profesional, y Crawford dijo esta semana que no podía recordar una sola ocasión en que el lituano hubiera sufrido daño durante una pelea. Pero el estadounidense derribó al retador una vez en el séptimo episodio y otras dos en el noveno.
El réferi Ricky González puso fin a las hostilidades a los 44 segundos de ese round. Crawford (36-0, con 27 nocauts) absorbió quizás más puñetazos que de costumbre, pero pareció disfrutar la oportunidad para demostrar que tiene también poder. Sonrió cuando Kavaliauskas volvía a su esquina, visiblemente frustrado tras uno de los últimos asaltos.
“Pienso que tenía que entretenerlos un poco a todos”, dijo Crawford. “Él es un peleador fuerte y resistente. Creo que le di al público muchos motivos para entusiasmarse”. El lituano Kavaliauskas (21-1-1), quien era el retador obligatorio para Crawford por el cinturón de la Organización Mundial de Boxeo, tuvo algunos buenos momentos en los primeros capítulos. Crawford tomó el control de la contienda a la mitad, y lo conservó hasta lograr el nocaut.
El estadounidense peleó con cautela al comienzo, y Kavaliauskas mostró por qué debía enfrentarlo con cuidado. Al inicio del tercer round, le propinó un tremendo derechazo y un par de golpes más, mientras Crawford trataba de mantenerse en pie.
Terminó poniendo una rodilla sobre la lona, pero el réferi no consideró la caída como válida, sino como resultado de un empujón. Después, Crawford dijo que el golpe no le hizo daño. A medida que avanzó la pelea, quien resintió los puñetazos fue Kavaliauskas. El europeo siguió lanzando golpes que hicieron retroceder a Crawford, quien sin embargo se valió de su mayor velocidad para escapar de un mayor castigo, contraatacar con combinaciones y desgastar a su rival hasta enviarlo al suelo.
AP