TYREEK HILL
Sería una subestimación decir que el receptor de los Chiefs de Kansas City Tyreek Hill ha tenido un año intenso, marcado por algunos grandes momentos y otros muy bajos. En los albores de 2019, Hill concluyó una temporada de récord ayudando a que los Chiefs llegaran a la final de la Conferencia Americana. Sus actuaciones le ayudaron a ser elegido al Pro Bowl y le colocaron cerca de ser un All-Pro. Todo se vino abajo cuando Hill fue acusado por su expareja de violencia doméstica, por un incidente que involucró a su hijo pequeño.
Fue suspendido y se convirtió en una especie de paria. Fue absuelto y regresó con bombo y platillo. Después, Hill le dio la bienvenida a la temporada firmando una extensión de contrato de 54 millones de dólares y tres años, sólo para fracturarse la clavícula en el inicio de la campaña ante los Jaguars de Jacksonville. Regresó para tener una sólida serie de partidos antes de lastimarse la pantorrilla ante los Chargers de Los Ángeles hace dos semanas en México. Arriba-abajo, abajo-arriba. Habrá que disculparlo si siente un poco de náuseas después de estar en esta montaña rusa. “Para mí, es alguien que no quisiera ver jugando con nadie más”, dijo el quarterback de Kansas City Patrick Mahomes.
“Es capaz de tener esa explosividad, es capaz de tener velocidad y de hacer cosas que no le he visto a nadie más. Creo que eso es evidencia de su ética de trabajo y de cómo prepara su cuerpo y a el mismo”. Hay pocas dudas de que Hill es un jugador que polariza las opiniones. Fue expulsado del equipo en la universidad de Oklahoma State por un incidente de violencia doméstica y no fue recibido exactamente con los brazos abiertos en Kansas City.
Hay un gran número de aficionados que se rehúsan a celebrarlo y la realidad es que quizá no hay nada que pueda hacer para que cambien de opinión. Aun así, para la mayoría de los fanáticos de los Chiefs el receptor de 25 años se ha convertido en una de sus estrellas favoritas en el equipo. Hace que aparezca la magia con sus movimientos fluidos, inspiradora velocidad y una habilidad única con la cual logra que luzca indefenso todo aquel que oponga resistencia cuando tiene el balón. En su primer partido de vuelta tras la fractura en la clavícula, Hill atrapó cinco pases para 80 yardas y un par de touchdowns ante los Texans de Houston.
Capturó un envío de anotación ante los Broncos de Denver, atrapó seis pases para 140 yardas y un touchdown ante Minnesota y tuvo su mejor encuentro de la temporada ante los Titans de Tennessee, que sin embargo se impusieron por 35-32. Atrapó 11 pases para 157 yardas y anotó en ese partido, una semana antes de jugar en la Ciudad de México. “Hombre, es un jugador único. No hay muchas personas como él”, dijo el quarterback suplente Matt Moore, quien aprendió lo valioso que es Hill cuando Mahomes estuvo fuera por una lesión en la rodilla.
Lo único que parece frenarlo son las lesiones. Salió cojeando del campo en el Estadio Azteca antes de que pudiera hacer mucho ante los Chargers y aunque Andry Reid dijo que Hill le pidió volver, el coach de los Chiefs se la jugó a la segura. El equipo tenía una semana de descanso después y no había prisa para que regresara a jugar con partidos más importantes en el futuro. Encuentros como el del domingo ante los Raiders. “Soy optimista”, dijo Reid. “Sé que ama jugar y sé que ha trabajado con el entrenador Rick Burkholder un poco esta última semana… saldrá y se moverá un poco y ya veremos”.
AP