Acoge el sábado el sorteo de la Eurocopa 2020 y luego será uno de los 12 países anfitriones. Rumanía debería sonreír, pero a siete meses del inicio de la competición, le asaltan las dudas: Debe jugar la repesca para clasificarse y no está preparado para organizarla.
“Estoy decepcionado porque ni los estadios ni las infraestructuras para trasladar a los turistas no estarán acabados. ¿Y qué decir del estado del fútbol rumano?”, lamenta Alexandru, un aficionado de 38 años interrogado por la AFP tras una nueva derrota, 5-0 contra España a mediados de este mes, en el último partido de la fase de clasificación para la Eurocopa (12 de junio al 12 de julio).
El nuevo seleccionador nacional Mirel Radoi asistirá al sorteo oficial del torneo que se celebrará el sábado (17H00 GMT) en Bucarest sin saber si su equipo jugará el campeonato continental: para disputarlo, Rumanía tiene que superar un repechaje en el que se enfrentará a Islandia el 26 de marzo en Reykjavik, antes de una eventual final contra Bulgaria o Hungría el 31 de marzo. El ambiente no es mucho más optimista en las obras de los estadios de la capital.
Los múltiples retrasos se invitaron en la política nacional cuando el nuevo primer ministro de centro-derecha, Ludovic Orban, hizo un balance de los trabajos en noviembre, pocos días después de asumir el cargo.
“Las obras no han avanzado ni una pulgada durante cuatro años”, deploró Orban, responsabilizando a los gobiernos precedentes, especialmente a los de izquierda. Rumanía prometió la modernización de cuatro estadios de la capital destinados a acoger los entrenamientos de los equipos clasificados, pero para Orban, sólo dos de ellos estarán “operativos” antes del primer partido, previsto para el 14 de junio.
Los cimientos del tercero acaban de ponerse y, como consecuencia de un litigio, los trabajos del cuarto ni siquiera han comenzado. Los cuatro partidos del grupo C, en el que ya están confirmados Ucrania y Holanda, se disputarán en el National Arena de Bucarest, un estadio para 55.000 espectadores, homologado para competiciones europeas.
- Beneficios económicos -
“Me puse contento cuando me enteré que íbamos a acoger estos partidos, pensando que finalmente tendríamos nuevas infraestructuras en Bucarest. Pero hemos resuelto el problema ‘a la rumana’”, incumpliendo todos los compromisos, ironiza otro aficionado, Adrian, de 32 años.
Inaugurado en octubre, las obras de la vía férrea que debía unir el aeropuerto con la principal estación de Bucarest están retrasadas por un recurso presentado por los vecinos. Frente a las críticas, el coordinador nacional del torneo, Florin Sari, asegura que no le preocupa.
“Hemos recorrido un largo camino y hemos entrado en la última recta”, indicó a la AFP. “Las infraestructuras prometidas no son una exigencia de la UEFA, simplemente estaban destinadas a apoyar nuestra candidatura”, añade. Los equipos dispondrán, según este responsable, de tres otros estadios para los entrenamientos, en la periferia de la capital.
Para celebrar el 60º aniversario de la Eurocopa, la UEFA eligió una organización compleja e inédita de los partidos del torneo, repartidos en una docena de ciudades de otros tantos países. Iulian, hincha de 31 años, estima por su parte que los rumanos pueden estar contentos:
“Es genial, tenemos la ocasión de ver todos esos partidos acá, no podemos hacer esto todos los años”. Los hoteleros también se frotan las manos. “Se prevé un total de 120.000 turistas extranjeros que pasarán una media de dos días en Rumanía y gastarán entre 72 y 96 millones de euros”, desveló para la AFP el presidente de la Federación de Hoteleros Rumanos (FHR) Calin Ile. “Quizá no sea todo perfecto, pero estaremos a la altura”, augura el periodista deportivo Ovidiu Ioanitoaia.
AFP