La FIFA suspendió el jueves a un dirigente del fútbol africano que enfrenta un juicio por crímenes de guerra en La Haya. Patrice-Edouard Ngaïssona recibió una suspensión de seis años y ocho meses de parte de los jueces de ética de la FIFA por cargos que incluyen “discriminación y no proteger, respetar y salvaguardar la integridad y la dignidad humana”. Además recibió una multa de 500.000 francos suizos (500.000 dólares). Ngaïssona fue presidente de la federación de fútbol de la República Centroafricana por más de una década desde 2008.
Fue elegido el año pasado como nuevo integrante del comité ejecutivo de la Confederación Africana de Fútbol. Se le acusa de crímenes de guerra perpetrados en 2013 y 2014, siendo líder de la milicia cristiana Anti-Balaka que tiene como objetivo a los musulmanes. En su fallo por escrito, los jueces de la FIFA detallaron presuntos crímenes en la República Centroafricana, entre ellos ejecuciones sumarias, tortura, agresiones sexuales y destrucción de mezquitas.
Alrededor de 190.000 refugiados musulmanes huyeron a los vecinos Camerún y Chad. Durante el periodo en que supuestamente cometía los crímenes, Ngaïssona era miembro del panel de un FIFA a cargo de la organización del Mundial de Clubes.
La FIFA lo asignó en 2017 a su comité de asociaciones miembro. Ngaïssona fue arrestado en diciembre del año pasado en Francia y transferido a Holanda, donde tiene su sede la Corte Penal Internacional. En una audiencia previa al juicio llevada a cabo en septiembre a Ngaïssona le fueron presentados 111 cargos. Los jueces aún sopesan si envían a juicio a Ngaïssona y a otro sospechoso.
AP