Con un gran golpe, “Canelo” noqueó a un gran rival. En momentos en que parecía que sólo una decisión polémica de los jueces salvaría a Saúl “Canelo” Álvarez de una derrota ante un rival más grande que él, el mexicano se sacó de la chistera un par de puñetazos para derribar a Sergey Kovalev en el undécimo asalto y apoderarse del cetro de los semipesados por la Organización Mundial de Boxeo.
La combinación propinada por el mexicano, un uppercut de izquierda y un gancho de derecha, hizo que el ruso cayera descompuesto de rodillas, abrazando una de las cuerdas. El réferi decretó de inmediato el nocaut, cuando restaban 2:15 minutos del undécimo episodio. Fue un final dramático para una pelea que había tenido poca intensidad hasta que llegaron los sorprendentes golpes del mexicano.
Parecía que Kovalev retendría con facilidad su cetro, ante un rival que no había podido hacerle daño. El astro mexicano, quien ascendió dos categorías respecto de su peso habitual, conquistó su cuarto título en el mismo número de divisiones. Celebró besando su guante derecho, mientras los asistentes de Kovalev subían al cuadrilátero para ver si se encontraba bien. Álvarez estuvo buscando un golpe decisivo durante todo el combate. Trató de cazar a Kovalev, de mayor estatura y alcance, pero en ese intento fue castigado con numerosos jabs y derechazos al rostro.
Durante buena parte de la contienda, ambos contrincantes se mostraron cautelosos. Kovalev se conformó con aplicar el jab a distancia y Álvarez trató de infligir castigo con ganchos al cuerpo. Ello derivó en que la multitud en el MGM Grand abucheara a los púgiles en varias ocasiones, exasperada por la falta de más acción. Álvarez era favorito por 4-1 pese a su ascenso de un par de divisiones para buscar una parte del cetro de las 175 libras (79 kilogramos).
El boxeador pelirrojo de Guadalajara prefirió enfrentar a Kovalev en vez de librar una tercera pelea con Gennady Golovkin como parte de un convenio por 365 millones de dólares que firmó con el servicio de “streaming” DAZN. “Canelo” había conseguido un empate y un triunfo ante Golovkin, ambos con fallos controvertidos de los jueces. Los dos rivales durmieron siestas en sus camerinos mientras esperaban unos 90 minutos entre el final de la última preliminar y el momento en que pudieron subir al cuadrilátero.
La demora fue atribuida a DAZN, que quería esperar a que terminara una función de la UFC en Nueva York antes del comienzo de su pelea estelar. Los fanáticos en el MGM Grand miraron el combate principal de la UFC mediante pantallas gigantes en la arena, mientras Álvarez y Kovalev esperaban. Kovalev supo controlar la distancia al comienzo con su jab, estrellándolo en la cara de Álvarez, quien lanzó puñetazos esporádicos.
AP