El Bayern, que recibe el sábado al Bayer Leverkusen, y el RB Leipzig, que visita al colista Paderborn, llegan a la decimotercera jornada de la Bundesliga con la posibilidad de desbancar al líder, el Borussia Mönchengladbach, que juega el domingo en casa contra el Friburgo. El Gladbach ya tiene un sólo punto de ventaja sobre sus dos perseguidores por lo que cualquier resultado diferente a una victoria puede significar un relevo en el liderato. El Friburgo, que es cuarto tres puntos por debajo del Gladbach y es la mayor sorpresa de la temporada, también está involucrado en la lucha por los primeros lugares.
El Leipzig es actualmente segundo, debido a que tiene mejor gol diferencia que el Bayern y viene de clasificarse, por primera vez en su breve historia, a los octavos de final de la Liga de Campeones.
La meta del equipo de Red Bull, su sigla significa RassenBallsport pero todo el mundo sabe lo que evoca, es, según ha declarado su entrenador Julian Nagelsmann, "hacerle la vida difícil al Bayern" y por lo mostrado en lo que va de torneo se ha convertido en un competidor de envergadura. El Paderborn viene de empatar a domicilio ante el Borussia Dortmudn por 3-3, en un partido que hubiera podido y hasta debido ganar, con lo que mostró que, pese a su posición en la clasificación, puede darle dolores de cabeza a los grandes. El Bayern, por su parte, sigue en racha desde que Hansi Flick asumió el equipo para reemplazar a Niko Kovac.
En los cuatro partidos en los que Flick ha estado en el banquillo, dos de la Bundesliga y dos de la Liga de Campeones, el Bayern ha sumado cuatro victorias con 16 goles a favor y ninguno en contra. Flick ha recuperado al vestuario, que parecía haber perdido el juego, y le dado al Bayern un estilo que parece una amalgama de los diversos elementos que han definido el equipo en los últimos diez años.
Durante el partido de la Liga de Campeones contra el Estrella Roja en Belgrado, que se saldó con una goleada por 0-6, el comentarista del canal de pago Sky dijo que el Bayern jugaba con la presión adelantada de la era de Pep Guardiola, las combinaciones del tiempo de Louis van Gaal y la unidad del vestuario de la etapa de Jupp Heynckes. De la crisis se ha pasado a la euforia y habrá que ver cuánto dura ese impulso.
El Leverkusen, pese a que viene jugando una temporada irregular, puede considerarse como un rival de cierta envergadura. El Dortmund, por su parte, en horas bajas, visitará al Hertha Berlin en un partido que puede ser decisivo para el futuro del entrenador Lucien Favre.
EFE