EDEN HAZARD
La llegada del deseado Eden Hazard como nuevo referente del proyecto del Real Madrid, heredero del 7 de Cristiano Ronaldo y el liderazgo que nadie asumió en el primer año traumático de su marcha, lidera una revolución incompleta, alejada de los deseos de Zinedine Zidane, que espera más fichajes y salidas. Obligado a mejorar la imagen de fin de ciclo dejada en el primer año de la 'era post-Cristiano', sin títulos y con sus opciones en LaLiga Santander enterradas en el parón navideño, Zidane prometía a numerosos cambios a su regreso.
Por primera vez debía asumir mayor responsabilidad en la confección de la plantilla, comunicar bajas a jugadores y pedir los que encajan en una evolución del estilo de juego que desea aplicar a su Real Madrid.
A días de arrancar la temporada de manera oficial se encuentra con que su mayor deseo no ha llegado, Paul Pogba, y jugadores con los que no cuenta como Gareth Bale y James Rodríguez, siguen en su plantilla pese a pedir públicamente su marcha.
Sus decisiones afectaron a jóvenes jugadores a los que no ve hueco en su proyecto y que tuvieron que salir: Marcos Llorente (Atlético de Madrid), Dani Ceballos (Arsenal), Sergio Reguilón (Sevilla) o Jesús Vallejo (Wolverhampton). Y a la continuidad de los pesos pesados que escribieron historia del fútbol con la conquista de tres ediciones consecutivas de la Liga de Campeones.
El deseado Hazard ya está en el "séptimo cielo", como el belga define su estancia en un Real Madrid donde pretende dar el salto definitivo hacia la conquista de la 'Champions' y el reconocimiento individual a los galardones que distinguen a los mejores jugadores del mundo. En Inglaterra, liderando al Chelsea, tocó techo y su reto es de una gran dimensión, devolver al conjunto madridista a los títulos y la brillantez perdida por falta de hambre.
La llegada de otros jóvenes talentos que refuerzan zonas que estaban debilitadas ayudará en los objetivos. Ferland Mendy será competencia dura para Marcelo en el lateral izquierdo, Militao exigirá a Sergio Ramos y Raphael Varane en el centro de la defensa y Luka Jovic se presenta como el complemente que faltaba al lado de Karim Benzema. Más la extensión de la línea del club en su apuesta por futuras estrellas con Rodrygo y Kubo.
A la espera de los últimos movimientos tras una pretemporada repleta de dudas, con el deseo de un perfil de jugador que no existe en la plantilla como Van de Beek en la media punta y un nuevo referente entre Pogba o Neymar, Zidane ha aprovechado la pretemporada para probar y ha generado más dudas aún.
La cerró sin un sistema definido ni un once tipo. El Real Madrid necesita un soplido de ilusión y en los partidos de pretemporada no lo encontró. Solo dos triunfos (Fenerbahçe y Red Bull Salzburgo) y duras derrotas ante rivales de entidad, en especial un 7-3 que dejó huella frente al Atlético de Madrid. Cayó ante Bayern Múnich y Tottenham, empató contra Arsenal y Roma. Más goles en contra (18) que a favor (14) en un registro sin precedentes en su historia.
Pero la peor noticia de la pretemporada madridista fue la grave lesión de Marco Asensio. Estaba enchufado ante la llegada de competencia, consciente de que falló en un momento en el que debía dar el paso al liderazgo que de él se espera y sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco externo de su rodilla izquierda que le dejará prácticamente toda la temporada fuera.
Así anda Zidane, con la sonrisa perdida inmerso en una reconstrucción con menos cambios de los esperados, probando con un sistema con tres centrales que devuelva el equilibrio y sea alternativa a su clásico 4-3-3, a la espera de que se resuelva el 'culebrón Neymar', de que reciba algún nuevo futbolista y que salgan otros que no quiere en su vestuario y con la obligación de devolver la estabilidad con buenos resultados.
Tras un año que devoró entrenadores -Julen Lopetegui y Santi Solari-, el regreso del técnico francés que lo ganó todo para convertirse en el segundo más laureado de la historia del Real Madrid, no provocó un cambio de dinámica en los malos resultados y ahora encara el gran desafío de su carrera, consciente de que igualar lo logrado es misión imposible pero que debe mejorar las prestaciones en LaLiga, su gran objetivo y la conquista de la que más orgulloso se siente.
EFE