Los equipos de la primera y segunda división lucirán bandas con los colores del arco iris el próximo fin de semana en el marco de una nueva campaña contra las manifestaciones homofóbicas en las canchas de fútbol. La iniciativa tienen como consigna “Homo o hetero, todos defendemos la misma camiseta”. Como parte de la campaña, se transmitirá en los estadios y en las redes sociales una cinta corta sobre la homofobia. Estas medidas son parte de una estrategia que alentará las denuncias de quienes lancen insultos homofóbicos o discriminatorios en los estadios y que incluye posibles sanciones económicas y penales. A menudo a las autoridades les cuesta identificar a las personas que gritan insultos.
Bajo el nuevo plan, no obstante, se distribuirán formularios que permitirán al aficionado informar de los incidentes de este tipo que pueda haber presenciado. Y se contemplan sanciones económicas de hasta 22.500 euros (25.000 dólares) y penales de hasta seis meses de cárcel, según Frederic Potier, representante especial del gobierno para asuntos vinculados con el racismo, el antisemitismo y la discriminación.
Igual que ocurre con los insultos raciales, los árbitros podrán suspender un partido si escuchan insultos homofóbicos. Y se puede quitar puntos a un equipo por incidentes de discriminación contra los gays. La liga francesa intensificó sus esfuerzos para combatir la discriminación después de un partido reciente entre París Saint Germain y Marsella en al que los hinchas de PSG lanzaron insultos homofóbicos.
La ministra de deportes Roxana Maracineanu asistió al encuentro y quedó escandalizada, al punto de que declaró que jamás llevaría a sus hijos al estadio de PSG. La presidenta de la liga Nathalie Boy de la Tour dijo que estas medidas tienen que ir acompañadas de campañas educativas para concientizar a la genta acerca de la gravedad de estos insultos. Yoann Lemaire, quien hizo un documental sobre la sexualidad en el fútbol, sostuvo que los jugadores también tienen que participar en el debate y plantarse firme contra la discriminación. Afirmó que el “99%” de los jugadores que contactó para el documental no quisieron hablar del tema.
“Bastaría que dijesen que no tendrían problema en jugar con un compañero gay”, señaló Lemaire. “Y si un jugador está dispuesto a hablar, su agente o el club le impiden hacerlo”. El delantero de la selección francesa campeona mundial y del Atlético de Madrid Antoine Griezman es el único jugador activo que aceptó participar en la cinta. “Fue muy sincero”, dijo Lemaire. “Sabe que es un tema delicado, pero me dijo que se sentiría orgulloso de jugar con un tipo que se anima a decir públicamente que es gay”.
AP