El Consejo de Derechos Humanos de la ONU criticó el nuevo reglamento de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) sobre la regulación de las tasas de testosterona en las atletas femeninas, y dio su apoyo unánime a la campeona sudafricana Caster Semenya. En un poco habitual pronunciamiento sobre el mundo del deporte, el órgano de la ONU afirma que el reglamento de la IAAF “podría no ser compatible con las normas y las reglas internacionales relativas a los derechos humanos”.
Una resolución presentada por Sudáfrica denuncia las “políticas y prácticas que fuerzan, presionan u obligan (…) a los atletas en categoría femenina a sufrir tratamientos médicos inútiles, humillantes y perjudiciales para participar en las pruebas femeninas de las competiciones deportivas”. El texto fue adoptado el jueves por la noche por consenso entre los 47 miembros del Consejo, que no tiene sin embargo poder para que aplique.
La IAAF impone a las mujeres con hiperandrogenia y a las que tienen “diferencias de desarrollo sexual” (DSD) que hagan disminuir con medicamentos sus tasas de testosterona hasta bajar de 5 nanomoles por litro de sangre, si quieren participar en pruebas internacionales desde los 400 metros a la milla (1.609 metros). La Federación argumenta que si las atletas tienen niveles de testosterona masculinos, es necesario “preservar la equidad de la competición femenina”.
Triple campeona del mundo (2009, 2011, 2017) y doble campeona olímpica de 800 m (2012, 2016), Caster Semenya asegura ser “indudablemente una mujer” y acudió al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) de Lausana para que el reglamento de la IAAF sea anulado. El TAS, tribunal supremo en materia deportiva, deberá pronunciarse a finales de abril.
La embajadora de Sudáfrica en la ONU en Ginebra, Nozipho Joyce Mxakato-Diseko, declaró este viernes a la AFP que la iniciativa de la IAAF supone una discriminación de género y sobre “bases raciales”. Para algunos expertos científicos, privar a Caster Semenya de la competición a causa de su tasa elevada de testosterona equivaldría a excluir a jugadores de baloncesto porque son demasiado altos.
AFP