La casa blanca se impuso con superioridad | Foto: EFE
El Real Madrid condenó al Espanyol en el RCDE Stadium en quince minutos, al adelantarse con goles de Benzema y Sergio Ramos, cortó de raíz la reacción local con el 1-3 justo antes del descanso y sentenció con una diana de Bale en la reanudación.
De nada le sirvió al anfitrión jugar contra diez tras la expulsión de Varane en el 72 ni tampoco el tanto de Rosales en el 81. El triunfo supone el tercero seguido del cuadro blanco en la Liga, mientras que los 'pericos' viven su peor momento: tres puntos de los últimos treinta. El Real Madrid tardó cuatro minutos en enfriar el RCDE Stadium. Modric encaró la portería contraria y, con metros por delante y sorprendentemente sin oposición de la defensa, decidió probar fortuna contra Diego López.
El meta despejó el tiro, pero el rechace acabó en las botas de Benzema y el balón en el fondo de la red. Los de Solari dominaban el partido con comodidad. La medular blanquiazul no tenía peso y los de Rubi estaban metidos en su campo debido a la presión rival. Los blancos combinaban arriba, buscando con insistencia el segundo de la noche. El Espanyol estaba perdido, sin dirección, pausa ni ocasiones. Pero, sobre todo, sin defensa.
La zaga catalana, con numerosas bajas, no tenía su día y pagó la factura pronto. Sergio Ramos, en el minuto 15, engordó el marcador tras un saque de esquina con un cabezazo al segundo palo. El de Camas protagoniza una gran temporada a nivel realizador. El Espanyol trabajaba para interrumpir el cuento de hadas del Real Madrid. Fue Leo Baptistao, que sumaba casi una vuelta sin marcar, el que reanimó el choque en el minuto 25.
El latigazo del brasileño forzó un córner tras el despeje de Courtois y fue él mismo el que lo remató. La diana dio alas al anfitrión, más despierto y descarado buscando examinar de nuevo al internacional belga. Por su parte, el cuadro visitante redujo las revoluciones a medida que se acercaba el descanso y cedió gran parte del dominio del partido previo. El marcador amenazaba con no moverse… hasta que apareció Benzema. Cuando el tiempo añadido ya lucía en el luminoso y todo parecía sentenciado en la primera mitad, el delantero francés se escoró a la banda y dibujó una colocadísima rosca. Sorprendió a Diego López y congeló el RCDE Stadium. Oxígeno para el Real Madrid y un mazazo psicológico para los locales.
En la reanudación, los de Solari ya tenían el trabajo hecho. Aún así, el repertorio ofensivo de los blancos se seguía imponiendo en Cornellá. El Espanyol estaba obligado a atacar y eso suponía una buena oportunidad para los atacantes del Madrid en las contras: Benzema y Modric encendían constantemente las alarmas. Las opciones de remontar de los locales eran escasas. Borja Iglesias, su máximo realizador, no recibía balones en condiciones y cualquier otro acercamiento era endeble e inofensivo. No creaban sensación de peligro.
El Real Madrid estaba muy tranquilo atrás, sin intervenciones de Courtois. Con este plácido escenario, Solari dio entrada a Bale. El galés no tardó en celebrar su regreso con el cuarto gol. En el minuto 66, el extremo aprovechó un pase de Benzema, que firmó un excelente partido, y lanzó la zurda.
Los blanquiazules protestaron por una supuesta falta previa sobre Baptistao que el VAR no detectó. El Espanyol se sobrepuso pronto. Una carrera de Piatti acabó con una falta en la frontal del área y con Varane expulsado con roja directa por derribar al argentino. El libre directo acabó en la barrera, aunque ahora el Madrid estaba con diez. El ataque local insistía y obtuvo premio, pero no fue suficiente. Rosales marcó en el minuto 81, validado por el VAR tras un posible fuera de juego, pero el tanto del lateral venezolano sólo añadió algo más de emoción en los compases finales. Pese a la voluntad de los de Rubi, el 2-4 era definitivo, sin margen para las sorpresas.
Meridiano