El Open de Australia de tenis introducirá este año nuevas reglas contra el calor extremo, con una mejor medida del calor y con pausas para evitar desmayos. El torneo ha adoptado una escala específica (“heat stress scale”) que incorpora no solo la temperatura sino también otras variables como la humedad y el viento. Si el calor alcanza el cuarto grado en esta escala de cinco, los jueces podrán permitir una pausa de 10 minutos después de dos sets en los partidos femeninos y después de tres en los enfrentamientos masculinos. Si se llega al quinto grado el partido podrá ser interrumpido.
Carolyn Broderick, directora médica de la federación australiana, explicó que la escala fue diseñada para mostrar los límites de la capacidad del cuerpo de un deportista para refrescarse, dependiendo de su producción de sudor y de su temperatura corporal.
“La escala también tiene en cuenta las variaciones fisiológicas entre deportistas adultos, discapacitados y júniors, al tiempo que integra los cuatro factores climáticos: temperatura del aire, la potencia de los rayos de sol, la humedad y la velocidad del viento”, detalló. En anteriores ediciones el partido podía ser interrumpido o el techo cerrado si la temperatura sobrepasaba los 40 grados y el termómetro los 32,5 grados, según una medición de la temperatura del instituto meteorológico nacional.
El calor extremo se ha convertido en un problema cada vez más difícil de gestionar por el torneo de Melbourne, que se disputa en medio del verano. En 2018 el francés Gaël Monfils estuvo cerca de desmayarse durante el segundo set de su partido de segunda ronda y acusó a los organizadores de haber “tomado riesgos”. Su rival, el serbio Novak Djokovic, opinó que las condiciones estaban “justo en el límite”. “Tengo la sensación de que están esperando que haya una tragedia”, dijo por su parte la francesa Alizé Cornet para protestar por los partidos en la tarde.
EFE