El efecto Solari se deshace con la pésima imagen del Madrid en un día que no servía para nada, salvo para perder crédito. Lo consiguió. El partido contra el CSKA, que ha hecho historia al ganar sus dos enfrentamientos contra los blancos, con dos entrenadores distintos, fue la prolongación del disputado en Huesca. La diferencia fue el gol. Primero le faltaron ayudas, intensidad y compromiso; después le faltó juego y peligro. Lo segundo es peor.
Los tres goles del CSKA mostraron dónde estaba el mal del Madrid, un lugar que no tiene que ver con la una posición concreta, sino con una actitud concreta. No era un problema defensivo local. Era un problema de compromiso defensivo general. En la primera acción, hay pasividad por parte de Isco y Asensio en el repliegue, mientras Sigurdsson campa a placer. El resto es mérito de Chalov, un delantero interesante. En la segunda, es Vinicius quien no ayuda lo necesario cuando avanza Mario Fernández y se adentra en tierra de Marcelo, que, lapsus al margen, había acudido a una cobertura al centro.
En la tercera, el CSKA triangula en el área como en el patio de casa hasta que materializa Sigurdsson.La laxitud podía responder a la clasificación, pero es un mal camino para futbolistas que quieren cambiar su mala tendencia con Solari, como Isco o Asensio. El segundo se mostró con buen tono en ataque, con un lanzamiento al larguero, otro disparo que provocó lo mejor de Akinfeev y una acción, en combinación con Vinicius y Benzema, que finalizó blandito. Todo menos el gol.
Pero la impresión es que eso, hoy, no basta. Ni Asensio es Cristiano. Nadie está liberado de servicio, no por ahora.Vinicius, por su parte, dejó detalles de cara a portería, que es para lo que se le ha fichado. Entre sus acciones, un control de espaldas que orientó en vertical para tomar en ventaja. Una vez en ese lugar, repite el recorte hacia adentro para disparar.
El brasileño tiene cosas, pero debe mejorar en su construcción como futbolista integral. Lo que hace ofensivamente, por ahora, no es suficiente para justificar su titularidad.Solari aprovechó el partido para dar alternativas y reservar fuerzas. Se produjeron básicamente en defensa, con un único titular, Marcelo, que necesita minutos para recuperar el nivel. Javi Sánchez, Vallejo y Odriozola completaban una línea experimental que sufrió con las llegadas intencionadas del CSKA. El croata Vlasic dio mucho sentido a las transiciones del equipo ruso, que creció a medida que observaba su facilidad para llegar a posiciones de peligro frente a los locales.De más a menos, el Madrid vio cómo el CSKA sumaba dos goles de incredulidad para todos, por lo que, al llegar al vestuario, Solari tomó la primera decisión: Bale. Lo extraño parecía el elegido para el cambio, Benzema.
El galés se situó como delantero centro, que no era es el lugar que más le conviene, porque le faltan los espacios. Acabó lesionado.El Madrid, pese a la situación, no entró a fuego y el público que había desfiado al frío y a la falta de grandes alicientes, vehiculó su frustración con Isco. Un fallo bastó para que lo pitaran. Kroos fue la siguiente elección de emergencia y, a partir de ahí, el equipo lo intentó, pero las sensaciones de impotencia se sumaron para impaciencia del público, colmada con el tanto de Sigurdsson. Todos acabaron coloraos, y no por el frío.
ORFEO SUÁREZ / EL MUNDO ES