El Real Madrid sigue en terapia intensiva y está vez lo demostró ante un buen Rayo Vallecano, cuya falta de potencia en ataque, un gol de Karim Benzema y un magnífico Thibaut Courtois, no dejó que amargara aún más el día a un equipo que sigue sin despertar. Para el conjunto blanco fue la oportunidad para redimirse ante lo sucedido en Champions League entre semana (0-3 ante el CSKA), pero contra uno de los de la parte baja de la tabla volvió dar evidencias de que no está en su mejor momento. Sin embargo, como en los últimos tiempos, el equipo consiguió celebrar un gol incluso antes de que las piezas estuvieran todas acomodadas.
En una buena jugada iniciada con un cambio de frente de parte de Benzema, fue bien dirigida por Lucas Vázquez y terminada por atacante francés, que al final pudo poner arriba al Madrid. Tras ese instante de felicidad comenzó el suplició al que en estos momentos se está acostumbrando a vivir el equipo merengue y a poner a su afición. Los blancos se duermen y no solo fallan sus oportunidades, permiten que sus rivales se levanten.
Asensio erró dos chances claras y Courtois salvó otras tantas. Los de Solari hicieron su siesta habitual, una a la que el portero belga no quiso asistir. De no ser por el espigado guardameta el club blanco habría sufrido otro disgusto o al menos uno mayor; porque de combinarse el poco juego que demuestran a pésimos resultados, las cosas si se pondría más tensa.
Pese a las dificultades, el Madrid pudo cosechar un triunfo que los mantiene luchando arriba y los envía al Mundial de Clubes con una tímida sonrisa, tanto por la victoria como por seguir con vida en la Liga. Mientras, los puntos siguen cayendo en el casillero, a la espera de un mejor juego que muchos aguardan esperanzados a que aparezca en algún momento.
Manuel Vargas / Meridiano