La Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad contra los Animales de Australia ha denunciado esta semana una nueva muerte de un caballo tras la disputa de una carrera. Fue en la Copa Melbourne, un evento de hípica con más de 150 años de tradición que se ha cobrado cinco muertes equinas desde 2013. La muerte de 'The Cliffsofmoher' ha alarmado a las organizaciones animalistas de todo el mundo, que piden que se investigue el porqué del deceso que se produjo tras la carrera por una grave lesión.
El caballo, a consecuencia de esta, tuvo que ser sacrificado. La salud de los caballos durante las exigentes pruebas es un tema que mantiene en jaque a los organizadores desde el auge de las asociaciones animalistas que claman por la prohibición del empleo de animales en eventos deportivos y/o de ocio. El portal especializado 'Race Death Watch', que vela por los intereses de los caballos, se encarga de contabilizar los fallecimientos de estos animales durante los eventos de hípica. Según sus cifras, que no son oficiales, desde 2007, año de fundación de la página, son 1.788 los equipos malogrados.
Los animales son expuestos a horas de viajes no siempre en las mejores condiciones y a un estrés físico desorbitado en competición, amén de las condiciones climáticas propias del lugar de turno que pueden diferir mucho del de origen y, por ende, alterar las condiciones vitales del caballo. El olímpico español de hípica Albert Hermoso, contaba en 2016 en el diario ABC cómo viaja un caballo de Europa a Brasil para disputar los Juegos Olímpicos de Río.
"Para los caballos es un momento muy duro de casi 24 horas viajando desde que salen de la cuadra y llegan a tierra en Río. Son animales que sufren mucho con los espacios cerrados", explicaba. Hermoso reconoce en el citado artículo que los caballos sufren con los viajes hasta el punto de que se desorientan: "Pasan casi un día entero sin saber dónde están", comentaba. Otro de los grandes eventos a nivel mundial en la equitación es el Grand National, la carrera de obstáculos más dura de la hípica que se celebra cada año en Inglaterra.
En 2016 fueron cuatro los caballos fallecidos durante el evento que se sumaban a los 12 que acumulaba la carrera en el lustro anterior. O bien por lesiones o bien por paros cardíacos derivados del estrés al que se les expone, los caballos fallecen durante o después de las carreras, algo que desde las asociaciones animalistas consideran intolerable.
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