BARCELONA (Jordi Blanco, ESPN) — Volvió Messi… Y perdió el Barça. Cayó por 3-4 frente a un Betis soberbio y que le sorprendió de principio a fin, retando Quique Setién al campeón a jugar con sus propias armas para cerrar una racha de 42 partidos de Liga sin caer como local. Quiso el Barça pero no pudo ante un rival tan ordenado como solvente. Genial en la idea y magnífico a la hora de llevarla a cabo. Y es que casi nunca dio la sensación el líder de ser quien mandaba en el campo, derrumbado por el mejor desempeño de un rival que ganó un partido liguero en el Camp Nou después de 20 años.
Valverde apostó por premiar a Malcom con su entrada en el once inicial y el Barça apareció feroz en el césped, con el brasileño convertido en protagonista por la banda, Messi en plan líder y el Betis tomándole, sin prisa pero sin pausa, el tono al partido. Hasta que, de sopetón, se convirtió en el dueño absoluto del duelo.
El equipo de Quique Setién completó una primera mitad sensacional, sin un solo pelotazo desde atrás, combinando, ganando los espacios y llegando con cada vez más peligro al área de Ter Stegen. Hasta que encontró el premio a los 20 minutos, con un pase profundo de William Carvalho que convirtió majestuosamente Junior, después de quebrar a Sergi Roberto en el área y sorprender con un disparo raso y al primer palo al que no pudo responder el meta azulgrana.
Ni se vino abajo el Barça ni cambió la actitud positiva de la hinchada local, entregada al empuje de sus jugadores y al liderazgo de Messi, quien reapareció como si nunca hubiera estado fuera… Pero dando cada vez más la sensación de que el mismo equipo que había dado un paso al frente en su ausencia daba este domingo dos atrás.
Mandón en un centro del campo en el que Arthur era un fantasma, Rakitic no alcanzaba y Busquets se sentía impotente, el Betis pasó de la calma a la euforia futbolística, gustando y gustándose ante un líder más desconocido a medida que avanzaba el reloj y que encajó un segundo golpe a los 34 minutos, al rematar Joaquín una asistencia de Tello. Antes de ese 0-2 Ter Stegen ya había evitado un par de ocasiones mientras Pau López apenas si era exigido por la delantera azulgrana, donde Malcom se derritió y la soledad futbolística de Messi convertía en un oasis a Luis Suárez.
CAMBIO Y LOCURA
Agradeció el Barça el descanso y regresó revuelto en el segundo tiempo. Arturo Vidal tomó el lugar de Arthur para intentar recuperar el pulso en el mediocampo e inmediatamente ingresó Munir por el derrumbado Malcom. Cambió el decorado, se fue arriba el líder y, poco a poco, se fue encerrando, por necesidad, el Betis. El control verdiblanco iba en descenso y la carga azulgrana aumentaba y aunque aún tuvo una magnífica ocasión para el 0-3 el Betis, el resultado pasó al 1-2 tras un agarrón de Cristian Tello a Jordi Alba en el área que, señalizado como penalti, transformó Messi a los 67 minutos de juego.
Relanzado en el ánimo el Barça redobló su ambición… Y, sin embargo, el Betis, lejos de perder la calma y encerrarse de cualquier manera, le respondió con la lógica cautela defensiva y recuperando el tono en el toque. Tal fue así que apenas tres minutos después del gol de Messi cayó la bomba en el Camp Nou, después de una excelente posesión bética que terminó con un obús de Lo Celso, otra vez asistido por Tello, al que respondió el bueno de Ter Stegen tragándose el balón entre sus manos.
Tocado moralmente el Barça y recuperado el Betis, el partido se dirigió a un desenlace espectacular en juego y dramático, para el líder, en cuanto al marcador. Arturo Vidal, en un despiste defensivo, aprovechó la asistencia de Munir para colocar el 2-3 y con diez minutos por delante el Camp Nou se encendió. Pero el incendio acabó arrasando al equipo de Valverde, que sufrió la expulsión de Rakitic primero y el 2-4 de Canales después, en otra doble demostración: de lo bien que juega el balón en ataque el Betis… Y de lo mal, horroroso, que defiende el Barça.
Con el tiempo acabado Messi, con ayuda del VAR, aún anotó el 3-4 para acabar el partido como una oda a la locura… Pero ya no pudo más el equipo de Valverde, que acabó claudicando. Lógico en la idea pero fatal en llevarla a cabo, sorprendido por un Betis excelso, el Barça ya no pudo más y se entregó a una derrota que no recordaba en el Camp Nou. Y que demostró que hay mucha Liga por delante. Y, también, que este equipo aún debe mejorar.