Los aficionados al fútbol inglés recuerdan con mucho cariño al pequeño Bradley Lowery, un fan del Bournemouth que el pasado año murió de cáncer con apenas 6 años de edad. El niño tuvo en su día la oportunidad de conocer a sus ídolos, los jugadores del equipo al que amaba. Con uno de ellos, Jermain Defoe, hizo especial amistad. El futbolista se volcó con Bradley y su tratamiento y no dudó en dedicarle siempre cada triunfo del equipo.
En varias ocasiones, los futbolistas le visitaron en el hospital y el propio Bradley acudió a los partidos en Dean Court, donde estuvo en el césped junto a sus héroes. Un año después de su muerte, Defoe ha querido rendirle de nuevo homenaje tatuándose su nombre en el brazo. Para él, Bradley fue una inspiración de fuerza y el pequeño le cambió la vida. Ahora le llavará para siempre con él en la suya.
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