La selección italiana de voleibol sobrevivió a un duro partido ante Japón (3-2) y continúa invicta, con 10 victorias consecutivas y solo 5 sets en contra, en el Mundial femenino que se disputa en tierras niponas. Con esta victoria, y a falta del partido de mañana entre italianas y serbias que determinará el campeón del grupo G, ambas tienen ya asegurado su pase a las semifinales, que se disputarán el viernes 19 en Yokohama.
Las anfitrionas tendrán que conformarse con luchar por el quinto puesto. Hoy, en el Nippon Gaishi Hall Nagoya y ante 8.000 aficionados, las internacionales italianas superaron una de las más duras pruebas (25-20, 22-25, 25-21, 19-25 y 15-13) del torneo, ante un conjunto anfitrión que llegó a situarlas 'contra las cuerdas' y que incluso pudo poner en serio peligro su pase a semifinales. Sobre dos jugadoras de origen africano, la opuesta Paola Egonu y la rematadora de cuatro Miryam Sylla, de raíces nigeriana y marfileña, respectivamente, recayó la responsabilidad en ataque del equipo italiano. Y ambas no defraudaron.
Egonu, con 36 puntos, y Sylla, con 19, asumieron con eficacia su responsabilidad. Cuando en el cuarto set, las fuerzas de ambas comenzaron a flaquear, fue la central Lucia Bosetti, quien asumió las riendas. En la manga de desempate, Egonu se recuperó y la colocadora Ofelia Malinov le confió las pelotas decisivas.
Tres de los primeros puntos del set fueron ataques de Egonu que, a sus 19 años y 1,93 de estatura, lleva camino de convertirse en una estrella. Sus remates son obuses que alcanzan los 99 kilómetros por hora y su temple en la cancha no refleja en absoluto que ésta es su primera comparecencia en un Mundial. El sueño de Italia, que estará por cuarta vez en unas semifinales mundialistas, es reeditar el oro que conquistó hace 16 años en Berlín, en lo que es hasta ahora su única medalla en sus nueve presencias en este torneo.
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