El Barcelona puso fin a su maleficio en Anoeta y lo hizo en un partido que comenzó por debajo pero que acertó a remontar en la segunda mitad con los goles casi seguidos del uruguayo Luis Suárez y del francés Ousmane Dembelé.
La estrategia de los donostiarras quedó clara desde el pitazo inicial, todos encerrados en su campo y cesión del mando de juego a los azulgrana a la espera de que una contra cambiara el signo de un partido que transitó monótono y sin ocasiones en sus primeros minutos. El primer acercamiento local, sin embargo, provocó el gran disgusto de los barcelonistas porque un balón colgado al área del cuadro catalán lo bajó de forma meritoria el mexicano Héctor y dejó un balón en perfectas condiciones para el disparo seco y muy duro de Aritz Elustondo, que batió a Ter Stegen a pesar de su estirada.
El Barcelona reculó y le volvió a entrar el miedo tras su pésima estadística en Anoeta en la última década. A los jugadores de Ernesto Valverde les costaba rematar a portería y encima tuvieron que sufrir las acometidas de un equipo vasco que se lo creía y que empezaba también a generar peligro por la banda de Oyarzabal. Mediada la primera mitad, el equipo catalán comenzó a ofrecer una versión más cercana a la que acredita su gran calidad, buscaba las botas de Leo Messi, pero el argentino parecía estar en barbecho tras el parón liguero y sorprendió más por los errores a los que no tiene acostumbrados a su hinchada que por la calidad sideral que atesora.
La verdadera imagen de los blaugranas no llegó hasta los diez últimos minutos previos al descanso, con un remate de Piqué a la salida de un córner, un penalti demandado por los jugadores catalanes y un tiro de Rakitic, que no encontró el gol por muy poco, ilustró ese peligro. Valverde movió ficha tras el descanso, quitó un defensa para dar entrada a un jugador tan ofensivo como Coutinho y llamó a Busquets, la gran ausencia del once inicial, para encontrar la batuta en el centro del campo, lo que acrecentaba el peligro de un Barcelona que ya iba sin complejos a por todas.
La Real, sin embargo, tuvo su gran oportunidad para elevar el 2-0 en el marcador, en un contraataque conducido por Rubén Pardo que le entregó un balón muy claro a Oyarzabal que éste tiró al cielo de San Sebastián y acto seguido fue Theo el que se quedó solo ante Ter Stegen para disparar al "muñeco" con todo favor. El vendaval realista continuó con Anoeta que parecía un campo de fútbol de la Premier y en el minuto 61 fue Oyarzabal el que dejó en posición inmejorable a Juanmi que otra vez volvió a encontrarse con Ter Stegen.
Como ocurre casi siempre cuando enfrente está un equipo grande, el capítulo siguiente a estas tres claras oportunidades de gol perdonadas por la Real fue el tanto del empate del Barcelona, en una confusa jugada en la que Rulli no se hizo con el balón y Luis Suárez ejecutó. El portero realista, tras una gran intervención en la siguiente jugada, volvió a salir a un córner con poco convencimiento, el balón quedo suelto y Dembélé desequilibró el choque con el segundo tanto que ponía en ventaja a su equipo. Lo intentaría la Real en el tramo final, pero más con intención de dejar constancia de su titánico esfuerzo ante una afición ilusionada que con opciones reales de lograr al menos el empate, porque sus delanteros tenían la pólvora mojada y Juanmi desperdiciaría dos claras ocasiones para ello.
Ficha técnica:
1 – Real Sociedad: Rulli; Zaldua, Moreno, Aritz, Theo; Illarramendi (Merino, m.82), Zubeldia, Rubén Pardo (Sangalli, m.81), Zururutuza (Jon Bautista, m.72); Juanmi y Oyarzabal.
2 – Barcelona: Ter Stegen; Semedo (Coutinho, m.46), Piqué, Umtiti, Alba; Rakitic, Rafinha (Busquets, m.56), Sergi Roberto; Dembélé (Vidal, m.76), Suárez y Messi. Árbitro: Del Cerro Grande (Madrid). Amonestó a Zurutuza e Illarramendi. Goles: 0-1, m.12: Aritz Elustondo. 1-1, m.63: Luis Suárez. 1-2, m.66: Dembelé.
Incidencias. 26.756 espectadores llenaron el nuevo estadio de Anoeta sin pistas de atletismo. Gran ambiente en la despedida oficial de Imanol Agirretxe, que recibió la insignia de oro y brillantes de manos del presidente del club, Jokin Aperribay, y realizó el saque de honor tras hacerle pasillo ambos equipos.
EFE