SON HEUNG-MIN
Son Heung-Min, la estrella surcoreana del Tottenham y uno de los mejores jugadores asiáticos de todos los tiempos, protagoniza estos días una batalla contra sí mismo y contra las leyes militares de su país en los Juegos de Asia que se disputan en Indonesia. El torneo es la última baza que Son tiene para evitar el servicio militar obligatorio que hay en Corea del Sur, también para los deportistas de élite.
La única manera de librarse de este proceso es alcanzado altas cotas y logrando resultados satisfactorios en campeonatos en los que juega la selección nacional. No lo pudo conseguir en el Mundial de Rusia, ya que los surcoreanos cayeron en la fase de grupos. Mucho se habló de aquello entonces. Ahora se le abre la última posibilidad con los Juegos Asiáticos. Son, al igual que sus compañeros, evitar la mili si conquista la medalla de oro.
El Tottenham ha sido permisivo en este asunto desde el principio con su estrella y le dio permiso para disputar un torneo Sub-23 que no entra dentro del calendario FIFA que obliga a los clubes a ceder a sus futbolistas.
Sin embargo, la relevancia del asunto en la vida de Son -y por ende en su carrera en los Spurs- llevó a tomar la determinación de dejarle jugar pese a que se perderá por ello las primeras jornadas de la Premier. Hasta después de la final, el 1 de septiembre, no volverá a Inglaterra el futbolista.
Hasta el momento, Corea del Sur no ha dado su mejor versión en los Juegos Asiáticos y eso pone en riesgo la consecución del título. En la primera fase llegaron a perder ante Malasia (2-1), aunque la victoria en los otros dos partidos les permitió pasar como primeros de grupos. En octavos les espera Irán, un duro escollo para Son y los suyos, que además de ganar los Juegos esperan algo aún mucho más importante: librarse del servicio militar obligatorio coreano.
Aritz Gabilondo AS