AUGUSTA, Georgia, EE.UU. (AP) — La potencia desde el tee y la precisión sobre el green lo hacen parecer el Tiger Woods de antaño. La sonrisa que dibuja y la compañía del martes en el Masters — una ronda de práctica con Phil Mickelson — insinúan que se trata de alguien completamente distinto. Woods y Mickelson no han jugado juntos en Augusta National desde 2009, e incluso en ese entonces no fue por elección. Ambos salieron en el mismo grupo en la ronda final, y aunque ninguno de los dos se colgó la chaqueta verde, “Lefty” ganó ese duelo por un golpe al firmar tarjeta de 67.
En esta ocasión hicieron mancuerna, y no fue una pelea justa en contra de Fred Couples y Thomas Pieters. Los dos mayores estruendos que rompieron la calma matutina en Augusta National fueron a causa de los eagles de Woods en los dos par 5 de los hoyos 13 y 15. “Hice algunos birdies”, dijo Mickelson. “Tuvimos una rancha de cinco hoyos. Estuvimos siete bajo par. Fue un juego divertido”. Pero fue tan solo una muestra, y recibió demasiada atención debido al escenario, Augusta National, y a los dos personas protagónicos. Woods y Mickelson han sido rivales desde hace tiempo, rara vez amigos y mucho menos pareja. Pero no solo se trata de Mickelson.
Woods se ha convertido en mentor de Justin Thomas, Jason Day y Rickie Fowler entre otros jóvenes. Respetado desde hace tiempo por sus colegas como el mejor jugador de su generación, ahora se enfoca en crear vínculos con ellos. Padraig Harrington apenas reconoció a Woods en Torrey Pines a principios de este año, cuando lo vio caminar al campo de prácticas, intercambiando algunos saludos y deteniéndose a charlar.
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