Fognini y Jarry se enfrentaron por primera vez en un partido sufrido pero relativamente rápido, que mostró a los espectadores lo mejor de su estrategia de juego. El italiano, segundo cabeza de serie del certamen y que disputó su primera final en el Abierto de Brasil, fue derrotado de manera fulminante (1-6) por el chileno en el primer set, pero retomó su estrategia en el segundo donde con un contundente 6-1 volvió a mostrar su destreza.
El tercer set, que terminó 6-4 y con el que se definió la disputa a favor del italiano, tuvo un comienzo parejo que mostró a un Jarry corajudo pero que terminó con un juego resuelto de Fognini. Fognini, de 30 años, llegó a la final luego de cerrar la secuencia de victorias en Sao Paulo del tricampeón consecutivo del torneo de Brasil, el uruguayo Pablo Cuevas, con parciales de 6-4 y 6-2.
Por su parte, Jarry, la revelación del torneo, comenzó con fuerza el partido pero decayó en el segundo set al recibir una contundente respuesta por parte de Fognini. Durante el tercer y último set, el chileno defendió su participación en la final pero no pudo con la agilidad del italiano. Jarry, que tiene 22 años, subirá al menos a la posición 61 del escalafón (actualmente ocupa la 73) y es el primer chileno en llegar a una final de un torneo ATP desde Fernando González en Viña del Mar en 2009. En el Brasil Open, el único chileno campeón fue Nicolas Massú, en la edición de 2006.
En dobles, los argentinos Federico Delbonis y Máximo González ganaron la final en un juego rápido que eliminó con un resultado de 6-4, 6-2 a las cabezas de llave, el holandés Wesley Koolhof y el neozelandés Artem Sitak. La disputa final, que tuvo lugar justo después del partido entre Fognini y Jarry, fue inesperada ya que el público daba por vencedores al holandés y al neozelandés, favoritos en el torneo. Fue un partido rápido que midió la agilidad de los participantes y que apenas duró una hora y 12 minutos. El Abierto de Tenis de Brasil, un torneo ATP 250, se disputó en el Gimnasio del parque Ibirapuera, en Sao Paulo, sobre una superficie de polvo de ladrillo bajo techo.
EFE
