BIRMINGHAM, Gran Bretaña. El estadounidense Christian Coleman refrendó su reciente hegemonía mundial de la velocidad al conseguir el título de 60 lisos con 6.37 y la etíope Genzebe Dibaba remató el doblete del medio fondo en los Mundiales en sala con la medalla de oro en el 3.000.
Siete meses después de la retirada del mejor velocista de todos los tiempos, Usain Bolt, el estadounidense Coleman ratificó este sábado en los Mundiales en sala de Birmingham su condición de nuevo rey del esprint al conquistar el título de 60 metros con un registro de 6.37, nuevo récord de los campeonatos. El chino Bingtian Su llegó segundo con récord asiático (6.42), seguido del otro estadounidense Ronnie Baker (6.44).
El velocista de Atlanta se presentó en Birmingham con el propósito de ser investido, con 21 años, sucesor del astro jamaicano pero tenía que vencer, entre otros, a Baker, segundo del ránking mundial con 6.40, y al impetuoso Bingtian Su, tercero de la lista con 6.43, que había deslumbrado en la campaña bajo techo.
Con su récord mundial de 60 metros (6.34) todavía caliente, cuando conquistó su primer título nacional la semana pasada en la altitud de Alburquerque, Coleman era el claro favorito y nadie fue capaz de desmentirlo sobre la pista. Su tobillo privilegiado le catapultó en 151 milésimas y se deslizó sobre la pista de forma que su victoria nunca estuvo en peligro. El año pasado regresó de los Mundiales al aire libre de Londres con un sabor agridulce.
Batió por una centésima al más grande de todos los tiempos en la final de 100 metros -Bolt tuvo que despedirse con un modesto bronce-, pero a su vez fue derrotado por un atleta quince años mayor que él, su compatriota Justin Gatlin. Genzebe Dibaba remató el doblete del mediofondo al proclamarse también campeona en 1.500 metros, dos días después de ganar el oro en 3.000, emulando la hazaña de la rumana Gabriela Szabo en 1999. Coleman reclama la herencia de Bolt, Dibaba remata el doblete Dibaba, que defendía título, se llevó consigo en su ataque a las otras dos medallistas del 3.000, la holandesa Sifan Hassan y la británica Laura Muir, que nada pudieron hacer para evitar su victoria, con un tiempo de 4:05.27. Las otras medallas cambiaron de orden esta vez: Muir fue plata con 4:06.23 y Hassan bronce con 4:07.26.
El gran disgusto de la jornada se lo llevaron el español Óscar Husillos y el dominicano Luguelín Santos, que habían obtenido las medallas de oro y plata en la final mundialista de 400 metros y fueron descalificados por pisar fuera de calle. La medalla de oro pasa al checo Pavel Maskal con 45.47, la de plata al estadounidense Michael Cherry con 45.84 y la de bronce al trinitense Deon Lendore con 46.37.
El polaco Adam Kszczot, invicto este año en ocho carreras, logró al fin su primer oro mundial en 800 con su táctica habitual de tomar la cabeza al toque de campana y marcar un ritmo inaccesible para sus adversarios en una carrera lenta que terminó ganando con 1:47.47. El estadounidense Drew Windle, que había llegado segundo, recibió segundos después la mala nueva de su descalificación por obstruir a un contrario, penalización que otorgó la medalla de plata al español Saúl Ordóñez, que había sido tercero con 1:48.01, y el británico Elliot Gilles ganó el bronce con 1:48.22.
En 60 m vallas la estadounidense Kendra Harrison, plusmarquista mundial de los 100 m.v, logró al fin su primer oro global al imponerse con una marca de 7.70, récord de los campeonatos y a dos centésimas del récord mundial de la sueca Susanna Kallur. Estados Unidos hizo doblete con Christina Manning (7.79) y la holandesa Nadine Visser se llevó el bronce con 7.84. La campeona mundial al aire libre, la australiana Sally Pearson, había sido eliminada en semifinales por una centésima, con 7.92.
También estrenó medalla de oro hasta hoy eterna segundona estadounidense Sandi Morris, que había sido subcampeona las dos últimas ediciones de estos campeonatos, así como en los Juegos de Río 2016 y en los Mundialesde Londres 2017. Una marca de 4,95 metros, récord de los campeonatos, le entregó el triunfo por delante de la rusa Anzhelika Sidorova (4,90) y de la campeona del mundo, la griega Katerina Stefanidi (4,80).
EFE