YOEL ROMERO
Yoel Romero no será campeón interino, pero el título de primer retador no se lo puede quitar nadie. El cubano conquistó el sábado en la noche un triunfo que relanza con fuerza su carrera y lo coloca en línea directa hacia una revancha contra el rey mediano de la UFC, Robert Whittaker. Aunque no era el favorito de las apuestas ni de los expertos, Romero se impuso en la Arena Perth, de Australia, con un par de golpes de su mano zurda que dejaron sin aliento ni esperanza a Luke Rockhold, hasta ese momento el número dos en las 185 libras y ex campeón de la categoríai.
"Primero que nada quiero darle las Gracias a Dios, porque él me lo ha dado todo'', afirmó Romero, de 40 años, quien se pasó tres libras en la báscula y no pudo contender por la faja interina. "Gracias a todos los que siempre han creído en mi y me han apoyado. Esta es una gran victoria''. Rockhold, de 33 años, superaba a Romero en estatura y alcance, y tenía previsto enfrentarse a Whittaker en esta fecha antes de que una lesión obligase al australiano -una verdadera celebridad en la Isla Continente- a retirarse del choque. La UFC llamó de última hora a Romero para que supliera al campeón, quien ya había derrotado al cubano por decisión a fines del 2017, para rescatar una cartelera que por momentos parecía haber perdido el interés del público.
El nocaut de Romero, sin embargo, levantó de sus asientos a los miles de aficionados que presenciaron una primera zurda que llevó a Rockhold al suelo y luego otro golpe demoledor -un uppercut para ser exactos- que puso fin a la noche de su oponente. Sin hacer nada espectacular, Rockhold se había robado el primer round con un jab efectivo y un pateo constante, sin que Romero respondiera con fuerza y aparentara cierto grado de pasividad. Para el segundo asalto, Romero daba muestras de vitalidad y lograba conectar buenas combinaciones que, a pesar de no poner demasiado en peligro a Rockhold, le ganaron esos minutos de acción y sirvieron de aviso para lo que vendría en el siguiente.
A diferencia de su derrota contra Whittaker, en esta ocasión Romero se mostró cauteloso e inteligente con sus energías y mantuvo un ritmo que le permitió sostener la danza macabra contra un rival más joven. “Lo siento mucho por Robert Whittaker; quien debió estar aquí, pero este es el plan de Dios’’, agregó Romero.
"Quiero pedir disculpas por lo que sucedió con el peso, fue muy malo para mí. Esta es la primera vez en mi carrera que no pude bajar’’. Ciertamente, la falla en hacer el peso le costará a Romero un 30 por ciento de su bolsa -alrededor de $100,000- y el título interino, pero no habrá de robarle la oportunidad de medirse nuevamente contra Whittaker. Eso es lo que espera todo el mundo.
POR JORGE EBRO elnuevoherald
