BLOOMINGTON, Minnesota, EE.UU. Aunque las estadísticas pueden mentir, la mayoría apuntan a que los Patriots de Nueva Inglaterra están bien encaminados para levantar su sexto trofeo Lombardi como campeones del Super Bowl. Los motivos empiezan en el lugar más lógico: Tom Brady. A sus 40 años,
Brady sería el quarterback de mayor edad que gana un Super Bowl si los Patriots vencen a los Eagles de Filadelfia el domingo. Destronaría de esa categoría a Peyton Manning, que a sus 39 años ganó el título con los Broncos de Denver al final de la temporada de 2015. En su 18va temporada en la liga, Brady acumuló algunas estadísticas sin precedentes en la historia de la NFL.
Encabezó el campeonato con 4.577 yardas por aire en la temporada regular, y además suma cinco pases de touchdowns en estos playoffs. Los siete Super Bowls de Brady igualan la cantidad de todo el plantel de los Eagles. El quarterback ha enfrentado todo tipo de adversidades en el partido por el campeonato, incluyendo tener que remontar una desventaja de 25 puntos para vencer a los Falcons el año pasado. Brady ganó ese partido sin su tight end Rob Gronkowski, su blanco favorito y quien estará en la alineación tras recibir el visto bueno médico luego de sufrir una conmoción cerebral en el partido por el título de la AFC.
Brady y el entrenador Bill Belichick no han tenido problema para ganar en partidos apretados, como queda en evidencia por el margen total de ventaja de 12 puntos en esos siete Super Bowls: Patriots 169, oponentes 157. ¿Quieren hablar de remontadas? Ningún jugador en la era del Super Bowl ha encabezado más remontadas en el cuarto parcial en los playoffs que Brady, que tiene ocho. Quizás por eso Brady soltó una risita esta semana cuando volvieron a preguntarle cuánto tiempo quiere seguir jugando.
“¿Por qué todos tienen tantas ganas de que me retire?”, dijo Brady. “No lo entiendo. Me estoy divirtiendo. El equipo marcha bien. Sé que soy un poco más viejo que la mayoría de los muchachos, pero lo estoy disfrutando mucho… no estoy pensando en el retiro. Estoy pensando en el Super Bowl y en tratar de ganar el partido más importante del año”. Aunque Brady es importante, no es la única ventaja que tiene Nueva Inglaterra.
Los Patriots perdieron a su principal receptor Julian Edelman por una lesión en la pretemporada, y al linebacker Dont’a Hightower por otra lesión en octubre. Después de algunos traspiés al principio de la campaña, Belichick halló la manera de recuperar esa producción, con las contribuciones de jugadores desconocidos como Trey Flowers, Kyle Van Noy, Lawrence Guy y Ricky Jean Francois.
Nueva Inglaterra también se benefició de una buena temporada del receptor Brandin Cook, tras adquirirlo de New Orleans antes de esta temporada. Cook tuvo su tercera temporada consecutiva con al menos 1.000 yardas por aire (1.082) y fue segundo en el equipo en yardas por aire detrás de Gronkowski (1.084).
El running back Dion Lewis produjo a un buen nivel apenas dos temporadas después de sufrir una grave lesión de rodilla, y encabezó al equipo con 896 yardas y seis touchdowns por tierra. Por supuesto, tampoco se puede dejar de lado la aportación de Belichick, que con un sexto título de Super Bowl superaría a Vince Lombardi y empataría como George Halas y Curly Lambeau como los más ganadores en la historia de la NFL.
Belichick estará en su 11er Super Bowl como entrenador o asistente, la máxima cantidad en la historia de la liga. En meses recientes, hubo reportes sobre supuestas diferencias entre Brady, Belichick y el dueño del equipo, Robert Kraft. Esas parecen haber quedado de lado en la búsqueda de otro título. “Cambia cada año. La sede es distinta, los rivales son diferentes, los duelos son diferentes, y el camino que hemos recorrido para llegar aquí es diferente”, dijo Belichick. “Cada uno es especial”.
AP