SAN DIEGO. Tiger Woods había estado tanto tiempo alejado de la Gira de la PGA que le costó trabajo determinar si uno de sus disparos sería tan bueno como parecía. Golpeó la pelota con el hierro 6, rumbo al hoyo 16, par 3, del campo sur de Torrey Pines. El tiro de poco menos de 200 metros se dirigió hacia un Green ligeramente elevado y detrás de una trampa profunda. El sol se estaba poniendo por el Pacífico el jueves por la tarde, y su brillo dificultaba seguir el vuelo de la pelota.
“No podíamos ver nada desde allá atrás, así que sólo estábamos atentos a algún ruido”, relató Woods. “Y de pronto, la gente comenzó a ovacionarme”. La pelota rodó hacia el hoyo y se quedó a unos cuantos centímetros de éste. Luego, Woods simplemente empujó para apuntarse un birdie. Woods atrajo una multitud en su regreso más reciente al golf. E incluso se ganó algunas aclamaciones, aunque no tantas como habría deseado. En su primer torneo desde que se recuperó de una cuarta cirugía de espalda que le costó otro año de ausencia en la Gira, Woods lució controlado y en ocasiones espectacular.
Terminó su jornada con una tarjeta de 72 golpes, igualada en par, que lo dejó siete impactos detrás de Tony Finau. “Fue divertido competir de nuevo”, consideró Woods. “Fue divertido estar ahí”. El objetivo siguiente consistirá en sobrevivir al viernes. La ronda del jueves, prácticamente sin viento, pareció idónea para un buen marcador. Woods está empatado en el 84to puesto y comenzará la segunda jornada en el Campo Norte justo debajo de la línea que define el corte.
Finau logró birdies en sus dos primeros hoyos del campo norte y finalizó con un marcador de 65. Woods tuvo algunos momentos que recordaron su vieja calidad a los fanáticos que se aglomeraron en torno del green. Pero no estuvo debajo del par en ningún momento de la ronda.
AP