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Roger Federer comenzó con todo la defensa de su corona en el Abierto de Australia al vencer a Aljaz Bedene, con pizarra de 6-3, 6-4 y 6-3, en una Rod Laver Arena repleta de personas que vieron en vivo el espectáculo de un tipo que no se cansa de sorprender. Con 36 años el suizo se ha quitado presión diciendo que el año pasado fue irrepetible y en este solo quiere ofrecer un buen nivel; sin embargo, en la pista sus movimientos y sus ganas dicen otra cosa.
Federer completó una gran actuación ante el esloveno, al que prácticamente dejo sin opciones desde que inició el partido. Su saque y sus golpes precisos (41 tiros ganadores) fueron armas potentes con las que se lució frente a un rival que poco pudo hacer para frenar cada embestida. Esta fue la octava victoria consecutiva de “Su Majestad” en el torneo y en el horizonte ya está el alemán Jan-Lennard Struff esperando. La defensa del título luce muy complicada, pero con prestaciones como esta y la mentalidad ganadora y sin presión de Federer, verlo intentarlo será muy interesante.
Por Manuel Vargas Meridiano