Ganar lo cambia todo. Los Eagles de Filadelfia son el primer equipo desde los Giants de Nueva York de 1990 en llegar al Super Bowl sin un jugador que rebase las 1.000 yardas desde la línea de golpeo, aunque los running backs Jay Ajayi y LeGarrette Blount, así como los wide receivers Alshon Jeffery y Torrey Smith ya lo han hecho en el pasado.
Ese grupo, más el estelar tight end Zach Ertz, el wide receiver Nelson Agholor y otros jugadores han adquirido una mentalidad de equipo, un concepto desinteresado. No revisan sus estadísticas después de los partidos. La única cifra que les importó durante toda la temporada fue la de partidos ganados. Uno más en contra de Nueva Inglaterra en el Super Bowl le daría al equipo su primer título de la NFL desde 1960. “Creo que este grupo de jugadores es tan bueno como cualquiera”, dijo el coordinador ofensivo Frank Reich.
“Realmente su carácter y su ética de trabajo, la camaradería, el compromiso con el proceso del que el coach (Doug Pederson) y nuestro staff siempre hablan. Hay un compromiso total. “Realmente ayuda que hemos tenido éxito y la ejecución. Siempre es más fácil comprometerse cuando se ha tenido el éxito que hemos tenido”. Blount no tuvo un solo acarreo en la derrota en Kansas City en la segunda semana. Y dos semanas después tuvo su mejor actuación al correr para 136 yardas ante los Chargers.
Fue la única ocasión en que un corredor de los Eagles superó las 100 yardas terrestres en un partido esta temporada. Blount, quien encabezó a la NFL con 18 touchdowns terrestres con Nueva Inglaterra la campaña anterior, fue líder de los Eagles con 766 yardas por tierra, pero sus acarreos se redujeron después de la adquisición de Ajayi en un canje con Miami.
“No se puede ser egoísta cuando todos tienen un objetivo en común”, dijo Blount. “Uno debe sacrificarse por el bien del equipo. Hemos llegado tan lejos haciendo eso”. Ajayi llegó a Filadelfia con una reputación de jugador egoísta, pero eso no ha sido un problema. Se arrodilló y derramó lágrimas después del triunfo sobre Minnesota en el juego de campeonato de la NFC.
“Es una sensación especial saber que no hemos terminado, y que nuestra meta de ganar el Super Bowl está frente a nosotros”, destacó. Jeffery era el receptor estelar en Chicago antes de llegar a Filadelfia. No tuvo un solo juego de más de 100 yardas, pero encabezó al equipo con nueve recepciones de touchdown. “No vemos los números, solo salimos a jugar”, dijo Jeffery. “No importa quién es el que está teniendo un buen juego o a quién va el balón, siempre que hagamos nuestro trabajo, atrapar el balón, trabajar y conseguir los triunfos, eso es lo que importa”.
AP