Michael Hill (izq), presidente de operaciones de béisbol de los Marlins de Miami, y Al Ávila, vicepresidente ejecutivo de operaciones de béisbol y gerente general de los Tigres de Detroit, saludan a periodistas durante las reuniones de gerentes de equipos de las Grandes Ligas, el martes 14 de noviembre de 2017 en Orlando, Florida. (AP/John Raoux)
“No importa si el juego dura 3 horas y media, si fue un juego emocionante. Pero si es un juego 2-1, si toma 4 horas, nadie va a estar feliz”, dijo Reinsdorf el martes. “Creo que podemos hacer que los juegos sean más rápidos.
Una de las cosas que debemos hacer es restringir el número de visitas de un receptor al montículo durante un inning o un juego. Si no los proponemos, podemos rebanarle fácilmente 20 minutos al juego”. La duración promedio de un partido de nueve innings alcanzó un tope récord de 3 horas y 5 minutos esta temporada, superando los 2:56 en 2015.
El promedio durante la postemporada fue de 3:29. Muchos dueños y gerentes generales quieren reducir las visitas de los receptores. Ya sea para cambiar señas, consultar sobre el repertorio de lanzamientos o solo para darle respiro al pitcher durante largos turnos, el objetivo es restar. Pitchers y receptores insisten que procuran ser más cautelosos en una era en la que decenas de cámaras de alta definición les enfocan, y cada equipo cuenta con empleados que desde salas de video buscan sacar la más mínima ventaja.
La duración promedio de un partido de nueve innings alcanzó un tope récord de 3 horas y 5 minutos esta temporada, superando los 2:56 en 2015. El promedio durante la postemporada fue de 3:29. “Puede haber algo de paranoia”, dijo el gerente general de los Medias Blancas Rick Hahn. Jon Daniels, el presidente de operaciones de béisbol de los Rangers de Texas, no comparte ese criterio. “No creo que sea paranoia, creo que es real”, dijo sobre el temor al robo de señas.
Grandes Ligas propuso tres cambios para acelerar los juegos durante el pasado receso invernal, pero el sindicato de jugadores no aceptó. Estos son cambios que los directivos podrán imponer unilateralmente el año próximo: los catchers solo podrán hacer una visita al montículo cada inning; un cronómetro de 20 segundos entre cada lanzamiento; y elevar la zona de strike a la parte alta de la rodilla. El comisionado Rob Manfred prefiere llegar a un acuerdo con el sindicato, y los cambios podrían aplicarse en forma gradual en los próximos años. El cambio de la zona de strike se ha analizado en meses recientes.
AP