NUEVA YORK. Nadie, ni siquiera la misma Maria Sharapova, sabía qué esperar de su regreso a los torneos de Grand Slam en el Abierto de Estados Unidos. Han pasado 19 meses desde la última vez que jugó en una de las grandes citas. Desde que volvió en abril de una suspensión de 15 meses por dopaje, solo había jugado nueve veces. Después de dos pruebas a tres sets desde que llegó a Flushing Meadows, está claro que el juego de Sharapova aún no está en su mejor nivel, pero sigue siendo capaz de generar grandes golpes en los momentos importantes — y tal vez, solo tal vez, podría permanecer por un buen rato en un torneo repleto de sorpresas.
Sharapova se convirtió en la primera mujer en ubicarse en la tercera ronda del US Open al despedir 12 aces para dejar atrás un inicio titubeante para derrotar el miércoles a la húngara Timea Babos por 6-7 (4), 6-4, 6-1 en el estadio Arthur Ashe. Fue el momento más destacado de una ajetreada jornada en la que se realizaron 87 partidos de singles después de que la lluvia suspendió la mayoría de los enfrentamientos del día anterior. Han pasado 19 meses desde la última vez que jugó en una de las grandes citas. Desde que volvió en abril de una suspensión de 15 meses por dopaje, solo había jugado nueve veces. “No fue mi mejor tenis”, reconoció Sharapova en una entrevista a pie de cancha. “Siento que fue un partido incompleto”. Sin duda, al comienzo. Sharapova cometió 19 errores no forzados tan solo en el primer set, incluyendo un par de derechas que le entregaron el primer parcial a Babos, número 59 del mundo.
Pero conforme avanzó el partido, Sharapova cada vez lució más como alguien que solía ser la número uno del mundo y que posee cinco títulos de Grand Slam — incluyendo el U.S. Open de 2006 — y no alguien que necesitó una invitación por parte de la Asociación de Tenis de Estados Unidos debido a que actualmente es la número 146 del escalafón mundial a causa de su suspensión y la falta de actividad. “En el segundo set, simplemente me sentí fresca físicamente y eso me dio mucha confianza”, dijo la rusa de 30 años de edad, quien utilizó una cinta negra en el antebrazo izquierdo, que le provocó molestias a principios del mes.
“Quería ser la jugadora en mejor forma al final del partido, y realmente sentí que lo fui”. Recortó a 12 sus errores no forzados en el segundo set y a tan solo cinco en el tercero, y finalizó con una ventaja de 39-13 en tiros ganadores, luciendo tan fuerte como cuando eliminó a la segunda preclasificada, Simona Halep, en un emocionante duelo a tres sets el lunes. “Definitivamente fue difícil controlar las emociones ayer, porque aunque una quiera alegrarse mucho por ese partido y lo que conseguí, una debe dejar eso atrás muy rápido”, dijo Sharapova. “Es muy difícil encontrar ese balance”.
María Sharapova avanza en el Abierto de los Estados Unidos Lo otro destacado en el cuadro femenino el miércoles Garbiñe Muguruza al fin logra abrirse en la tercera ronda, consiguiéndolo en su quinta participación.
La hispano-venezolana venció 6-4, 6-0 a la china Ying-Ying Duan. “Fue como acabar una maldición”, declaró la reinante campeona de Wimbledon y tercera cabeza de serie en Nueva York. “Me siento aliviada de alguna manera tras varios años intentándolo. Aún quiero llegar más lejos”. _Venus Williams (9na preclasificada) accedió a la tercera ronda en un séptimo Grand Slam consecutivo al vencer 7-5, 6-4 a la francesa Oceane Dodin. A sus 37 años, la estadounidense se mantiene consistente en los Slams, finalista en Australia y Wimbledon esta temporada.
AP